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NO HA HABIDO MOVIMIENTOS CON RESPECTO AL AÑO ANTERIOR

El reloj del apocalipsis sigue a dos minutos de la extinción

11:58 horas. Eso marca esta iniciativa de unos científicos preocupados por la investigación nuclear. Con ella quieren concienciar sobre los problemas geopolíticos o medioambientales que nos llevarían al desastre final.

Bomba nuclear

Bomba nuclearWikipedia

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No, no estamos de broma. Hay un reloj que nos avisa del juicio final. Y según sus manecillas, estamos a apenas unos minutos de él. En concreto, dos.

Pero que nadie se asuste (o quizá sí). El reloj existe, pero es una metáfora para advertir de lo cerca que estamos de la catástrofe si no hacemos algo para impedirlo; es decir, retrasar el minutero, siguiendo con la metáfora.

El Doomsday Clock o Reloj del Juicio Final está parado en las 11:58, sin apariencia de retrasarse. Según el Bulletin of the Atomic Scientists (una asociación creada para concienciar sobre la investigación nuclear), que promueve la iniciativa, las armas nucleares y el cambio climático son dos de los riesgos palpables que llevan al mundo a un apocalipsis que nada tiene que envidiar al de la Biblia.

Rachel Bronson, presidenta del Bulletin, ha advertido que 2019 no es un momento “de estabilidad”, sino que hay que tomárselo como una “advertencia severa” sobre lo que podŕia pasar.

Para Bronson, nos encontramos en una situación “tan preocupante como los momentos más peligrosos de la Guerra Fría”, pues existe “un panorama impredecible y cambiante que se cuece a fuego lento y multiplica las oportunidades de que un conflicto mayor erupcione”.

De esta forma, las manecillas del Reloj del Juicio Final de 2019 estarían en la misma posición que en 1953, año en que Estados Unidos y la URSS comenzaron a probar bombas de hidrógeno.

De hecho, Bronson recuerda que ahora mismo las relaciones entre los dos países están también en un punto bajo. Desde que el reloj fue creado en 1947, las manecillas han oscilado entre dos y diecisiete minutos antes de las 12:00 horas, la hora del desastre.

El año pasado estaba en la misma posición. En 2017 se encontraba en las 23 horas, 57 minutos… y 30 segundos.

Otras situaciones geopolíticas afectan al reloj. Por ejemplo, las relaciones de Estados Unidos con Corea del Norte o la ruptura con Irán por el acuerdo nuclear. Más allá de los problemas entre países, también está el alto número de emisiones de carbono a la atmósfera.

Por si esto no fuera poco, Bronson ha advertido de que también existe una intención de distorsionar la realidad, lo que se convierte en un “multiplicador de amenazas”. Con este panorama, los científicos creen que el reloj se encontrará detenido durante un tiempo en el mismo lugar.

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