TecnoXplora » CienciaXplora » Divulgación

VÍDEOBLOG CIENCIAXPLORA | AURORA FERRER

¿Qué maléfico plan de nuestro cuerpo no nos permite hacernos cosquillas a nosotros mismos?

Pondría la mano en el fuego porque en alguna ocasión has intentado hacerte cosquillas a ti mismo. Al ver que la sensación no era la esperada, posiblemente te hayas ayudado de un boli, una pluma o un papel. Pero nada. Para disfrutar de una buena sesión de cosquillas es completamente necesario otro ser humano.

Publicidad

Para poder sentir cosquillas es imprescindible que alguien nos toque. Cuando se produce un roce inesperado por parte de otra persona, nuestro cuerpo reacciona intentando zafarse y evitar el contacto. Especialmente si es en una zona vulnerable como el cuello o el abdomen. Si eres de los sensibles, probablemente se te erice la piel, comiences a reír a carcajadas o a pegar saltitos histéricos.

Hacernos cosquillas a nosotros mismos es como un 'spoiler' ya que estamos avisando a nuestro cerebro de lo que va a ocurrir a partir de los comandos motores. Él predice las consecuencias sensoriales, por lo que no hay sorpresa y se queda en una simple caricia.

Publicidad