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ES UN PELIGRO PARA LA SALUD

Por qué te estás lavando mal las manos al cocinar (y tú sin saberlo)

La mayoría de los participantes de un estudio no se frotaron las manos con jabón durante los 20 segundos que, como poco, es recomendable hacerlo antes de manipular alimentos.

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Mojar, enjabonar, frotar y aclarar. En principio, los pasos a seguir para lavarse las manos no parecen conformar un complejo proceso solo apto para los más habilidosos. Sin embargo, un reciente estudio ha desvelado que una inmensa mayoría lo hace mal.

Más allá de lo anecdótico de que no sepamos hacer bien algo que nos enseñan de pequeños, lo cierto es que las conclusiones del estudio tienen tintes alarmantes: nuestra torpeza al lavarnos las manos puede poner en riesgo nuestra salud y la de quienes nos rodean.

Cerca de 400 participantes en un estudio elaborado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) han permitido comprobar que eso de lavarse las manos bien (al menos, antes de cocinar) no es lo que mejor se nos da.

De hecho, el objetivo original del estudio ni siquiera era el de comprobar la calidad de este hábito: en un principio, la investigación de la USDA pretendía comprobar cómo influía el visionado de un vídeo sobre seguridad alimentaria a la hora de cocinar una hamburguesa y ensalada.

Para medir la propagación de posibles contaminantes por toda la cocina, los responsables del estudio impregnaron la carne cruda de las hamburguesas con un virus inofensivo para los humanos y que se utiliza para simular la propagación de otros patógenos más peligrosos.

Y fue este marcador el que desveló la sorpresa del lavado de manos.

Tras grabar la sesión de cocina, los investigadores descubrieron que el 97% de los participantes no habían llevado a cabo todos los pasos del lavado de manos recomendados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidenses.

En concreto, estos pasos son: mojarse las manos, enjabonárselas, frotarlas durante al menos 20 segundos, aclararlas con agua y, por último, secarlas con una toalla limpia o con un secador de aire. La clave estaba en el tiempo: cerca del 80 % de los participantes no se habían frotado el jabón durante esos necesarios 20 segundos. Además, también fueron muchos los que no se mojaron las manos antes de enjabonarlas.

Las consecuencias de este mal lavado de manos no tardaron en dejarse ver: la propagación del inofensivo virus fue mucho mayor de lo esperado. Así, fue detectado en los botes de especias que se usaron para preparar las hamburguesas, en la puerta del frigorífico, en los grifos y, lo que es aún más preocupante, en la ensalada que estaban preparando y que nada tenía que ver con la hamburguesa y su virus.

De esta forma, si en lugar de tratarse de un virus inofensivo se tratara de un patógeno peligroso para nuestra salud, el mal lavado de manos habría sido clave para provocar un peligroso contagio.

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