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Un poco más cerca de la respuesta

¿Se puede convertir un ovario en testículo?

Un equipo internacional de científicos ha logrado reprogramar genéticamente el sexo de unos ratones transformando sus células masculinas (testiculares) en células femeninas (ováricas). Esto supone un increíble avance en el campo científico, aunque aún es pronto para saber si funcionará en humanos.

¿Se puede convertir un ovario en testículo?

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Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad de Granada y con la participación de las universidades de Friburgo (Alemania), California-San Diego (Estados Unidos), British Columbia (Canadá) y el Instituto de Genética Molecular Max Planck (Alemania), ha logrado un avance crucial en la investigación sobre la “reprogramación genética” del sexo, que aunque, por el momento no sea más que una utopía, nos acerca a esta posibilidad.

Los expertos, que han llevado a cabo experimentos con ratones, han descubierto que los genes Sox8 y Sox9, con funciones muy importantes en el desarrollo embrionario del testículo, son los encargados de que se mantenga el testículo en el animal adulto. Al eliminar este par de genes, el sistema responsable de producir los espermatozoides, esto es, los tubos seminíferos, desaparecen, provocando a su vez que ciertas células se transformen de masculinas (testiculares) a femeninas (ováricas), una evidencia más que notable acerca de la posibilidad de “reprogramación” genética del sexo.

“Durante muchos años se había creído que las gónadas adultas, testículos y ovarios, eran órganos estables e inmutables, desarrollados de forma definitiva e incapaces ya de modificar su estructura y función”, explican Francisco Barrionuevo, Miguel Burgos y Rafael Jiménez, coautores del trabajo que publica la revista eLife.

Hasta ahora no se había comprobado este extremo en testículos adultos, por lo que nos acerca a la “reprogramación genética” del sexo en los seres humanos y una solución orientada a terapias para tratar la infertidad masculina, por ejemplo.

Durante el experimento, los científicos indujeron la inactivación del gen Sox9 en las células de Sertoli de los testículos de un grupo de ratones adultos que ya eran mutantes para el gen Sox8. Posteriormente, examinaron los cambios producidos en los testículos, observando que estas células de Sertoli “sufren una reprogramación genética de macho a hembra, pasando a expresar numerosos genes propios de las células de la granulosa, incluido Foxl2, y que posteriormente acababan muriendo mediante un proceso de suicidio programado denominado apoptosis”, aclaran los autores.

Cambio de género

El final de todo este proceso acababa con la degeneración total de los túbulos seminíferos del testículo, el “hogar” de las células de Sertoli, dejando estos tubos completamente vacíos. Las células de Leydig, que producen la testosterona y que están localizadas por fuera de los túbulos seminíferos, son las únicas que sobrevivieron.

“En conclusión, nuestro estudio ha demostrado que, además de su papel crucial en el desarrollo testicular, el gen Sox9, junto con Sox8 y coordinadamente con Dmrt1, también controla el mantenimiento del testículo adulto. Si se eliminan, el testículo desaparece y pasa a tener un perfil de expresión génica propio del ovario, lo que equivale a decir que se convierte en un órgano genéticamente similar a un ovario.

¿Funcionará esta misma reprogramación genética en humanos? Aún es pronto para decirlo.

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