El peligro de pasarte de hierbas: también hay sobredosis de té

El pobre Sombrerero de ‘Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas’ vive en una eterna y “loca fiesta del té”, como Lewis Carroll tituló el primer capítulo donde aparece el personaje. Para él y sus compañeros de merienda, la Liebre de Marzo y un lirón especialmente perezoso, siempre son las seis de la tarde, la hora de tomar la infusión que también se vio obligada a probar Alicia.

Carroll nunca lo bautizó como 'Sombrerero Loco', aunque ha recibido este nombre en versiones posteriores de la obra, y su actitud demostraba claramente que algo no marchaba bien en su cabeza. Suele argumentarse que el escritor quería hacer honor a la expresión “loco como un sombrerero”, relacionada con el hidrargirismo, la intoxicación crónica por mercurio que sufrían estos trabajadores y que tiene consecuencias neurológicas.

No obstante, el personaje de la historia bien podía haber padecido otros problemas de salud por causas muy distintas. Aunque las infusiones tienen propiedades antioxidantes y depurativas, vivir en una hora del té perpetua en la vida real conlleva graves consecuencias, como las que sufrió un paciente del Hospital de en Memoria de los Veteranos en Little Rock, en Arkansas.

El individuo en cuestión, de 56 años, acudió a la división de emergencias del centro con síntomas de debilidad, fatiga y dolores. Los análisis de sangre que le hicieron mostraban unos niveles de creatinina más de cuatro veces superiores a los normales, lo que significa que sufría un fallo hepático severo y necesitaba una diálisis de urgencia.

Ni los investigadores de la Universidad de Arkansas que se interesaron por el caso ni los médicos del hospital lograban dar con la causa del problema. Además, otro factor complicaba el diagnóstico: la orina del afectado presentaba cristales de oxalato (un compuesto tóxico) en cantidades que doblaban el límite normal.

La acumulación de estas estructuras, producto de la combinación del exceso del químico con el calcio, se asocia en muchos casos a la ingesta de anticongelante, pero el hombre negaba haber tomado algo tan perjudicial.

Indagando en sus hábitos encontraron la repuesta: el paciente afirmaba tomar unos 16 vasos diarios de té helado. La infusión, como las espinacas y otras plantas, es rica en oxalato, producto del metabolismo de muchos vegetales. Después de beberla en grandes cantidades, el tejido de sus riñones contenía altas concentraciones del tóxico, según revelaba la biopsia que le practicaron los médicos.

Los científicos explican el caso en un artículo publicado en ‘The New England Journal of Medicine’, en el que advierten que las nefropatías causadas por un exceso de oxalato en la dieta pueden ser más frecuentes de lo que se piensa, al confundirse con otros factores. Según los expertos, la cantidad diaria recomendada de oxalato es de 40 o 50 miligramos, una cifra que equivale a 100 mililitros de té. El protagonista del caso tomaba unos 1.500 miligramos al día.

“Dos o tres vasos de té pueden considerarse saludables si no se toman otras fuentes del compuesto”, asegura Ramya Malchira, nefróloga de la Universidad de California, a Medline Plus. Además de nuestro fanático del té, otras personas han desarrollado problemas similares por comer demasiados cacahuetes, tamarindos chinos y trigo integral. Frambuesas, moras y arándanos también son ricos en oxalato.

Entonces, ¿hay que evitar todos estos alimentos considerados saludables por otras propiedades? Los autores del trabajo aconsejan controlar su ingesta o al menos evitar los extremos. Y lo mismo con el té y demás infusiones: son beneficiosas para la salud, pero no te conviertas en el Sombrero y riegues tus días con tisanas.