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VIDEOBLOG CON LUCÍA GARCÍA

Ilusiones ópticas: Lo que ves no es un cubo de Rubik

Percibimos el mundo a través de nuestros sentidos y confiamos firmemente en lo que nos dicen. Sobre todo en nuestros ojos, aunque a menudo nos olvidamos de que toda esa información pasa por el cerebro, que es el que interpreta los datos que le llegan para darles sentido.

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Puede que en esta mesa todo te parezca normal y corriente: tu cerebro está acostumbrado a ver objetos parecidos a estos y los está interpretando tal y como suele hacer. Por eso no se dará cuenta de que hay algo raro a no ser… que cambies de perspectiva.

Se trata de una anamorfosis, una deformación de una imagen pensada para que veas en tres dimensiones un objeto que en realidad es plano.

Hay más formas de engañar al cerebro, por ejemplo, con flechas y un vaso: si se coloca el vaso delante de las flechas no pasa nada especial, pero si están colocados de determinada manera, esto es lo que ocurre si lo lleno de agua.

Cuando llenamos el vaso de agua lo estamos convirtiendo en una lente convergente, es decir los rayos de luz entran en el vaso, convergen en un punto y salen justo al revés. Sin embargo, como tu cerebro está acostumbrado a que la luz viaje en línea recta, interpreta que es la flecha la que se ha dado la vuelta.

El cerebro también interpreta los colores de acuerdo a su experiencia. En otra imagen seguramente veas que la parte de abajo es más clara que la de arriba, pero si tapas la zona que divide a las dos verás que en realidad son del mismo color. Tu cerebro ha interpretado que una de las zonas estaba a la sombra y ha compensado el color haciéndote ver que era más claro.

Igual es por esto que dicen que no te puedes fiar ni de tu sombra.

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