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LA CONCLUSIÓN SE HA OBTENIDO POR CASUALIDAD

Los hombres y las mujeres procesan la velocidad a un ritmo diferente

Un estudio sobre cómo hombres y mujeres con TEA recogían la información visualmente ha demostrado algo interesante para la población en general, tenga la enfermedad o no. En futuros estudios, los investigadores esperan descubrir cuáles son las diferencias exactas en el cerebro o en las neuronas para que en esto no seamos iguales.

Registrar más rápido no significa hacerlo mejor

Registrar más rápido no significa hacerlo mejor Pixabay

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En algo sorprendente y en lo que quizá no reparamos mucho en nuestro día a día hay diferencias de sexos. Investigadores de las universidades de Washington y Rochester (Nueva York) han concluido que los hombres perciben el movimiento antes o más rápido que las mujeres.

La sensación de velocidad o de movimiento es una percepción a la que el ser humano lleva millones de años acostumbrado, pues desde las cavernas le servía para detectar la presencia de un posible depredador y hoy nos puede ayudar a protegernos de un asaltante o participar en un encierro de toros. De acuerdo a los investigadores, esto se consigue por el procesamiento de la velocidad visual, que se podría hacer en unas regiones determinadas del cerebro que todavía no están claras.

Para llegar a esta conclusión, los científicos se sirvieron de 250 adultos hombres y mujeres. Les pidieron que dijeran si las barras blancas y negras de una pantalla se movían a la izquierda o a la derecha. De media tardaban una décima de segundo en acertar. Sin embargo, al comparar entre sexos, las mujeres tardaban entre un 25 y un 75 % más que los hombres.

 

Sin embargo, que lo hagan más rápido no significa que lo hagan mejor siempre. Por ejemplo, esta mayor velocidad se ha detectado en personas ancianas, autistas o con depresión. De hecho, los científicos llegaron a la conclusión de la diferencia de sexos porque estaban estudiando las diferencias de procesamiento visual en personas con trastornos del espectro autista o TEA. Ya que los hombres tienen cuatro veces más posibilidades de que les diagnostiquen el TEA, los investigadores incluyeron la variable del sexo en su estudio.

Con este inesperado resultado, los científicos recomiendan que, a partir de ahora, la variable del sexo se tenga en cuenta en los estudios sobre percepción. Ahora, quieren en el futuro explicar qué diferencias hay en los cerebros masculino y femenino y en los mecanismos neuronales para que se diferencie la forma de procesar el movimiento: los escáneres cerebrales no han aportado ninguna información sobre el lugar que marca la diferencia, así que podría hacerse en un lugar que no se conozca con las herramientas actuales.

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