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EL CEREBRO ALMACENA RECUERDOS QUE NI TÚ SABÍAS

Como el saber no ocupa lugar, tu memoria guarda recuerdos 'por si las moscas'

Como cuando preparamos la maleta para un largo viaje, el cerebro almacena también un montón de recuerdos aparentemente banales por si acaso. A diferencia de lo que ocurre con esos jerséis que no vas a tener tiempo de ponerte, las memorias más insignificantes acaban siendo útiles.

Papel con fotografías en ellos

Papel con fotografías en ellos Orin Zebest en Flickr CC

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“Ahora lo entiendo todo...” Es una expresión habitual cuando un dato completa todo un puzle de recuerdos de cuya existencia no éramos conscientes. Nunca hubieras pensado que tu vecino fuera capaz de atracar un banco, sin embargo, cuando te lo cuentan, empiezan a venir a tu cabeza montones de detalles y escenas que, de repente, parecen un presagio de lo ocurrido ¿Por qué no se te había ocurrido antes?

Al contrario de lo que a veces se cree, la memoria no es estática. Cuando algo te marca emocionalmente, no se almacena como un documento inalterable. Al contrario, el cerebro va modificando la información constantemente en base a tus nuevas experiencias.

Un estudio publicado en la revista ‘Journal of Neuroscience’ explicaba de esta forma los llamados ‘flechazos’ entre dos personas. Sus autores afirmaban que no existe el amor a primera vista, sino que tenemos la sensación de que la chispa surgió instantáneamente (idealizamos aquella situación pasada) en base a lo que sentimos en la actualidad.


La memoria cambia los recuerdos en base a las nuevas experiencias | Marc Kjerland en Flick

Más recientemente, otro equipo de investigadores ha descubierto que el cerebro no solo moldea los recuerdos importantes a su antojo, sino que almacena algunos que en principio podrían parecer triviales por si luego le hacen falta. Quién sabe si algún tiempo después pueden ser clave para sobrevivir o para saber dónde te has dejado la cartera (que es casi igual de importante).

El trabajo de estos psicólogos de la Universidad de Nueva York, que aparece en la revista ‘Nature’, revela que cuando una situación tiene un impacto emocional en las personas (vergüenzas, logros, decepciones o alegrías), la memoria hace una especie de viaje en el tiempo. Vuelve al pasado para rescatar datos antes banales relacionados con el nuevo acontecimiento y los desentierra de las profundidades de ese almacén repleto de ‘por si acasos’ para rearchivarlos con una nueva etiqueta, la de ‘importante’.

De esta manera, la típica pregunta que policías y detectives de la ficción hacen a los testigos en sus interrogatorios (“¿recuerda algún comportamiento extraño en los días anteriores al crimen?”) cobra sentido y concuerda con los nuevos hallazgos científicos.

Los expertos asocian el fenómeno con la ‘consolidación retroactiva’ de los recuerdos (su asentamiento con el tiempo), y aunque ya se tenían evidencias de su existencia, es la primera vez que se vincula a las reminiscencias irrelevantes.


Los recuerdos se consolidan con el tiempo | Andrea López en Flick

El experimento consta de varias partes. Durante la primera etapa, los 119 sujetos del mismo vieron 30 imágenes de herramientas y otra treintena de animales, sin ningún orden concreto. Algunos minutos después, se sentaron de nuevo ante una pantalla, esta vez con un par de cables que conectaban una máquina con sus muñecas.

Para simular los acontecimientos que alguien puede experimentar en la vida real, los autores del estudio utilizaron este aparato de condicionamiento pavloviano (en honor al científico Iván Pàvlov), que emite pequeñas descargas eléctricas. En esta segunda parte, los individuos vieron una nueva serie de 60 fotografías de herramientas y animales mientras recibían ‘shocks’ alternativamente: la mitad de ellos los experimentaron más a menudo con las instantáneas de herramientas, y la otra fracción con las de animales.

Algunos de los participantes hicieron un test nada más concluir para determinar qué recordaban. No hubo diferencia entre las memorias que tenían de la primera muestra sin estímulos y de la segunda. Sin embargo, a otros se les realizó la misma prueba un día después y, a diferencia de los anteriores, se acordaban con más detalle de las fotos en las que habían recibido la descarga.

A pesar de este claro recién abierto, aún existen muchas sombras alrededor de la memoria. Los expertos no saben por qué tiene que pasar tanto tiempo para que el cerebro consolide los recuerdos, además de otras preguntas: ¿qué detalles del pasado son reconsiderados? ¿Hasta cuándo es capaz de retroceder la memoria para buscarlos? ¿Hay alguno que caiga en el olvido para no volver?

Te sirve como excusa, eso sí: no es que tengas mala memoria, es que tu almacén de ‘por si acasos’ es demasiado grande.

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