La ciencia te dice cómo es la disculpa perfecta

Durante los últimos días, hemos visto como muchos políticos y personajes famosos eran descubiertos en una trama de posible fraude fiscal y evasión de impuestos gracias a la filtración de los famosos papeles de Panamá.

Quizás a alguno de los implicados le sea útil el resultado de un reciente estudio científico, que ha determinado cómo debe ser un disculpa para ser aceptada.

Según el estudio, que será publicado en el número de mayo de la revista Negotiation and Conflict Management Research, la disculpa perfecta contiene seis elementos clave: una expresión de pesar, una explicación de lo sucedido, un reconocimiento de la responsabilidad, una declaración de arrepentimiento, una oferta de reparación y una solicitud de perdón.

Los investigadores aseguran que mientras más de estos elementos haya en la disculpa, mayor será la probabilidad de recibir el perdón, aunque han explicado que reconocer y aceptar la responsabilidad de parte de lo que se ha hecho es, de lejos, el factor más importante.

El segundo factor más importante fue, según sus resultados, el proponer una oferta de reparación. El principal autor del estudio, el investigador de la Escuela de Negocios Fisher Roy Lewicki, ha explicado en un comunicado que “hablar es gratis”, pero “decir que se va a arreglar lo que se ha hecho mal, implica el compromiso de tomar medidas para reparar el daño causado".

Para llegar a estas conclusiones Lewicki y su equipo realizaron dos experimentos. El primero con 333 adultos y el segundo con 422 estudiantes universitarios. En ambos casos, se les pidió que calificaran, en una escala numérica, lo efectivas, creíbles y adecuadas que eran una serie de disculpas creadas en una situación ficticia.

Los resultados de ambos experimentos revelaron que, en general, cuantos más elementos de la lista se incluían, más efectiva era la disculpa. Además, ambos estudios coincidieron en que pedir perdón es el aspecto menos importante, mientras que la aceptación de la responsabilidad fue, con diferencia, el más relevante.

Aún así, los autores reconocen que el estudio tiene una limitación importante, y es que los experimentos solo consistían en leer unas declaraciones de disculpa, por lo que no se tuvo en cuenta algo tan importante como lenguaje corporal y las emociones inherentes a las disculpas verbales.

Curiosamente, la situación planteada a los participantes en los experimentos fue la de una persona que había presentado una declaración de impuestos incorrecta y que tenía que disculparse por ello. Así que el mejor consejo para aquellos que aparecen en los famosos ‘papeles de Panamá’ es que, si quieren recibir el perdón de la sociedad, lo mejor es que asuman sus responsabilidades. Aunque parece que algunos no han empezado demasiado bien.