La cera de tus oídos dice mucho de ti (y tu piel, tus ojos...)

La cera de los oídos es una mezcla de secreciones de glándulas de sudor especializadas con materiales grasos secretados por glándulas sebáceas. Y las hay de dos tipos: húmeda y amarillenta o seca y blanquecina.

Pues bien, George Preti, químico orgánico del Centro Monell, ha comprobado que existe un gen llamado ABCC11 que determina el tipo de cera que produce cada persona.

Asimismo, esta secreción corporal contiene compuestos orgánicos volátiles que, según han demostrado Preti y su equipo, permiten identificar a qué etnia pertenece una persona. Por ejemplo, los caucásicos producen más cantidad de 11 de las 12 moléculas olorosas del cerumen identificadas por los investigadores que el oído de los individuos del este de Asia.

Y la cosa no queda ahí: según los investigadores, algunas enfermedades como la alcaptonuria podrían ser identificadas analizando la cera de las orejas. Además de eso, la cera almacena información acerca de lo que ha comido una persona o los sitios en los que ha estado, tal y como publicaban en Journal of Chromatography B.

Otros 'mapas' de nosotros mismos

Lo que comes también queda registrado en cierto modo en la piel. Un trabajo del que se hacía eco la revista Journal of Lipids mostraba que si consumimos ácido eicosapentaenoico (EPA), presente en pescados como las sardinas o el salmón, nuestra piel almacena más colágeno y se mantiene más tersa y lisa.

La escasez de arrugas también puede ser indicador de que una persona consume gran cantidad de verduras, aceite de oliva y legumbres, a la vez que escasean en su dieta los productos lácteos y los azúcares. Una piel aceitosa y grasa sugiere que la persona sufre estrés y que los niveles de la hormona cortisol en su cuerpo son altos.

Los ojos son otra ventana a la salud y la personalidad de un individuo, según demuestran diversos estudios científicos. Sin ir más lejos, un estudio dado a conocer en Nature Genetics concluía que las personas de ojos marrones son menos propensas a ser víctimas de un melanoma, el cáncer cutáneo más peligroso. Y quienes tienen el iris azulado presentan menos probabilidades de contraer vitíligo, una enfermedad autoinmune degenerativa que causa pérdida de pigmentación irregular en la piel con la formación de parches blancos en cara, manos, pies, codos y rodillas.

A esto hay que añadirle que, comparando el grosor y la densidad del iris de medio millar de sujetos, Mats Larsson, de la Universidad sueca de Orebro, ha demostrado que las personas con más criptas o líneas onduladas en el iris tienden a ser más honestas y sensibles. Sus estudios también desvelaron que los pliegues concéntricos alrededor del iris son más abundantes en personas impulsivas y nerviosas.

La clave de esta asociación entre el iris y la personalidad reside en el gen Pax6, que está implicado en el crecimiento del tejido ocular, pero también en el desarrollo de una zona del cerebro conocida como corteza ungulada anterior que regula el estado de ánimo y donde reside el autocontrol.

Tu cera, tu piel y tus ojos dicen más sobre ti y tu cuerpo de lo que seguramente esperabas