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¿ES EFICAZ LA INVERSIÓN EN ESTAS BECAS?

La “Experiencia Erasmus” ¿Qué piensan de las becas sus protagonistas?

En CienciaXplora hemos realizado un test y una encuesta a 80 becados para que aporten su visión, pedirles opinión sobre las nuevas intenciones del Gobierno y ayudar a aclarar los mitos y leyendas que acechan constantemente a estas becas.

Las becas Erasmus, un símbolo de la UE

Las becas Erasmus, un símbolo de la UE antena3.com

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Dentro del proceso de formación de un futuro científico son esenciales las herramientas públicas que ponga a disposición el Estado para alcanzar la excelencia. Para establecer un criterio de igualdad de oportunidades en el acceso a esta formación es imprescindible que exista un servicio público de becas competente y equitativo.

Sin embargo, una corriente de todólogos, periodistas y políticos oportunistas ponen en entredicho constantemente -más ahora en tiempos de crisis- el programa de movilidad Erasmus como modelo pedagógico eficiente. Pero ¿qué opinan sus verdaderos protagonistas? ¿cuál es su experiencia? ¿Es realmente eficaz la inversión del Estado en estas becas?.

Más de tres millones de estudiantes de 33 países diferentes han participado en este programa de movilidad universitaria desde su creación, hace ya 26 años. Desde 1987 a 2006 las familias se habrían hecho cargo del 80% del coste del programa Erasmus revelando el enorme problema de financiación que tienen estas becas. Encima, la inversión del Estado para estudiar en el extranjero ha caído constantemente, sumando un descenso del 71% desde 2011. Pero lo peor estaba aún por llegar con las polémicas medidas que han obligado después a rectificar al ministro Wert tras el rapapolvo de Bruselas.

Wert, en un intento fallido de dejar fuera a los estudiantes con rentas más altas, propuso retirar las ayudas a los estudiantes que el año pasado no disfrutaron de una ayuda ministerial por bajo nivel de renta, obligándoles a regresar de sus destinos… ¿Qué opinan los estudiantes de esto? ¿Qué proponen ellos para la justa redistribución y concesión de las ayudas? Y lo que es más importante, ¿por qué nadie ha contado con su opinión para gestionar el calendario de nuevas medidas? Como siempre el diálogo con las partes implicadas es una carencia imperdonable para quien pretende resolver un problema desde la igualdad y atendiendo a todas las necesidades.

La coincidencia general entre los encuestados es: “si no te ayudan en casa no te vas, y punto” como dice @bonewan. Por lo tanto las ayudas ya nacen prostituidas por el nivel económico de la familia. Solo se van los que pueden soportar esa carga complementaria. Al final están renunciando los más pobres.

Para @Fayna lo mejor para evitar esto es que “haya una ayuda mínima para todos los estudiantes —independientemente de su procedencia dentro de España— y un suplemento a aquellos que demuestren que tienen menos recursos“. El mismo @bonewan propone: “No creo que sea malo demostrar tu valía con antelación. Yo estudiaba Diseño Gráfico y entré en el IADE de Lisboa por porfolio, era obligatorio”.

“Lo de ir a estudiar al extranjero un año debería ser obligatorio, no un privilegio.” nos cuenta @alecsvilar, con un Erasmus por el norte de Europa a sus espaldas: ”Cualquier alumno con un mínimo expediente académico debería poder optar a una beca de ayuda y deberían hacer una entrevista para valorar no sólo la aptitud (notas) sino también la actitud, porque no todo el mundo le puede sacar el mismo provecho”

Pero la falta de dinero no es un impedimento cuando hay ingenio y ganas de aventura. Para financiarse la estancia fuera de las ayudas oficiales y familiares la mayoría de los becados han compatibilizado sus estudios con los más diversos trabajos. Esto provoca poder dedicar menos tiempo para su formación académica que los que reciben ayudas familiares cuantiosas o las becas más grandes, desvirtuando el expediente. Alguno se decantó por ideas muy novedosas para evitar esta desigualdad. Así nació “Apadrina un Becario”.

Carmelo Establier, @Wikichipi en Twitter, fue el primer alumno Erasmus esponsorizado por una red social (erasmoos.com) que le suministraba alimentos, ropa y material para su beca en Berlín.

Para buscar unas conclusiones lo más objetivas posible les propuse a los encuestados además de contar su experiencia, responder anónimamente 12 cuestiones tipo test. De ellas se pueden sacar conclusiones bastante interesantes. Por ejemplo, a la pregunta de “califica del uno al diez tu beca como experiencia vital“, 47 de 80 encuestados respondieron con un diez. Es decir, el 58,75% le otorga una matrícula de honor. Solo uno calificó por debajo de siete.

¿Conocen ustedes una actividad académica que genere tanto consenso en la vida de un estudiante?

Respecto a la calificación de la beca como mejora en su formación los encuestados otorgaron 17 dieces, 11 nueves y 19 ochos. Solo dos suspendieron. En la mejora del idioma hubo 37 dieces y sólo uno por debajo de cinco. Aunque exista un sesgo por empatía, por contexto o debido a los recortes, los resultados siguen siendo abrumadores.

Hay también una corriente de intoxicación y desprestigio que busca el descrédito de la movilidad Erasmus atendiendo al grado de diversión de estos ‘estudiantes en el exilio’, como si pasarlo bien mientras engordas el currículo fuese un crimen. Ya saben, la letra debe entrar con sangre no con cerveza… No hemos obviado el tema con los encuestados. A la pregunta, por ejemplo: ¿Aumentaron tus relaciones sexuales o de pareja durante tu beca respecto al año anterior? la respuestas fueron interesantes:

Resultados similares se han dado respecto al aumento del consumo de alcohol. Pero ¿hay una relación directa entre la formación en movilidad Erasmus y la obtención de un puesto de trabajo? Esto es complicado de valorar directamente, pues el trabajo se consigue gracias a una formación completa del estudiante, no por una temporada. Sin embargo, sí es interesante conocer si los becados han conseguido empleo gracias a algún contacto hecho durante la beca. Lo cual es siempre positivo y amortiza la inversión. Estos son los resultados:

Otra coincidencia entre todos los encuestados y obviada por los que hacen la norma es el país de destino. No es lo mismo sobrevivir en Francia con 200€ que en Polonia. Así nos lo ve @MikelBermello: “Debería contar la procedencia, tanto a nivel familiar/local como comunitario, la Universidad de destino y el tiempo de estancia, no simplemente una cantidad de €/mes iguales a todo el mundo”. @manuelzafra también apuesta por ”hacer un análisis del nivel de vida de los países para ajustar la remuneración a cada uno de ellos pudiendo incluso ser cero para países considerablemente más baratos que el nuestro”.

Más de 80 estudiantes han contado lo mejor y lo peor de su Erasmus. Absolutamente todos coinciden en el tono entre nostálgico y orgulloso de sus relatos. Decenas de anécdotas y experiencias que aportan a las becas como mínimo un valor añadido a su formación académica, una experiencia de maduración, de convivencia y de integración en Europa que no tiene precio a pesar del esfuerzo y el sacrificio por sobrevivir siempre con cuatro duros.

Ovidio Raúl Rodríguez describe muy bien ese ‘espíritu Erasmus’, el mejor mecanismo de integración para los jóvenes europeos y que se quieren cargar los que solo miran las encuestas de sus votantes: ”Estar comiendo en una residencia universitaria con personas de toda Europa te hace tener una sensación de pertenencia. Somos iguales y las fronteras marcan muy pocas diferencias.”

No siempre el Erasmus da una lección desde el positivismo. La dureza de la convivencia con desconocidos o las experiencias al límite forjan también una experiencia inolvidable. @allmandring—su apodo en Twitter es la calle donde vivió de Erasmus— nos cuenta cómo se sintió discriminado durante su Erasmus en Stuttgart: “Vimos que se acercaba un grupo de chavales rapados, gritando consignas de 'inmigrantes, parásitos, venís a robarnos el país y el trabajo'. Nosotros éramos un grupo de 5 ó 6, pero detrás había como 40 estudiantes internacionales más. Todos con varios idiomas, experiencia internacional, ingenieros, arquitectos... cuando nos vieron se quedaron callados y se largaron. Me hizo gracia porque era una panda de unos 5-10 años menores que nosotros, posiblemente sin estudios, con sólo un idioma, y nosotros éramos precisamente los que en el futuro íbamos a mover su país y hacerlo situar la máquina que es. Entonces entendí a los inmigrantes en nuestro país”.

Y es que, como dice @_pepito “hay 2 clases de personas, los erasmus y los no-erasmus. Y la generación erasmus no entiende ni de barreras ideológicas ni mucho menos de fronteras”.

Pablo Riv.,@qiutfanqul, nos relata el impagable valor de la experiencia más allá de lo académico: ”Llegué a Holanda con dos maletas y ningún sitio donde dormir y sin conocer absolutamente a nadie. Dormí en un albergue durante dos semanas y busqué casa en Holanda, sin tener ni idea de por dónde empezar y con el dinero justo. Todo esto me hizo aprender más en el arte de negociar y llegar a acuerdos que los 5 años que llevo estudiando ADE”.

Las anécdotas dan para un libro por cada becario. Leyéndolas se llega a la conclusión de que buenos y malos momentos construyen una experiencia insustituible e indispensable para todos. Nadie se arrepiente o no lo cuenta.  Es el caso también de Carlos Navarrete, 38 años, Licenciado, máster en ADE, becado en Austria y con dos años en el paro: “En una ocasión mientras cocinaba para unos amigos apareció el alcalde de Innsbruck acompañado de periodistas para inaugurar con retraso la residencia de estudiantes. Al pobre hombre se le ocurrió probar mis mejillones hirviendo y a medio hacer sin torcer el gesto ante el asombro de los que estábamos allí”.

Una anónimo nos cuenta cómo “una amiga a la que no le funcionaba la lavadora de su residencia me pidió que le dejara hacer la colada en la mía. Mi novia vino a visitarme desde España y se encontró unas bragas (limpias, eso sí) en mi habitación. Pasé un poco de apuro para explicarlo pero todo quedó en unas risas”.

La última pregunta del test consistía en resumir en una sola palabra la experiencia de la beca. El ejercicio de abstracción siempre obliga de una forma u otra a decantarse por una opinión de manera razonada. Esta es la nube de tags generada.

Ójala el señor Wert pudiese leer todo esto y emocionarse como yo lo he hecho. Gracias a todos por contarlo. Podéis leer y descargaros aquí el informe completo del test.

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