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UN "ASESINO SILENCIOSO"

El ‘hongo de Bob Dylan’ mata a personas sin acceso a un tratamiento de 600 euros al día

Tres decenas de expertos piden a una biofarmacéutica estadounidense que baje el precio del medicamento contra la histoplasmosis, una enfermedad fúngica que aparece asociada al VIH y amenaza a “miles” de personas en Sudamérica.

El lazo contra el Sida

El lazo contra el Sida EFE

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Bob Dylan probablemente no lo sepa, pero aparece en un reciente libro médico sobre hongos patógenos. El cantante estadounidense inhaló en 1997 esporas de un hongo, posiblemente procedentes de excrementos de murciélago o de aves, y el patógeno se diseminó por sus pulmones, forzando su ingreso en el hospital con una dolorosísima inflamación del saco que envuelve su corazón. Cuando le dieron el alta, Dylan declaró con sorna: “Me alegro de sentirme mejor. Pensé que iba a ver pronto a Elvis”. Y así consta en el libroMicología Médica Fundamental, coordinado por el microbiólogo estadounidense Errol Reiss.

El abrupto final de la gira de Bob Dylan en 1997 fue quizá la última vez que la enfermedad, la histoplasmosis, apareció en los titulares de los periódicos. Hoy, 16 años después, es un “asesino olvidado”, en palabras de un grupo de 32 investigadores que acaba de denunciar la devastación silenciosa producida por este hongo en Sudamérica. Allí se ceba con personas con las defensas bajas, como los infectados por el virus del sida, pese a que existe una cura. El tratamiento cuesta unos 600 euros al día en los casos más graves y lo comercializa la biofarmacéutica estadounidense Gilead Sciences, que en 2012 ingresó unos 7.150 millones de euros, un 16% más que en 2011, según sus propias cifras.

Tras décadas de ignorancia en toda Sudamérica debido a la falta de medios diagnósticos, médicos de un hospital de la Guayana Francesa, un territorio europeo empotrado al norte de Brasil, han observado que el 41% de sus pacientes con VIH con las defensas bajas presentaba histoplasmosis diseminada por su cuerpo. En los enfermos más afectados por el virus del sida, el porcentaje alcanzaba el 85%. El hongo “probablemente está en lo más alto de la lista” de muertes relacionadas con el sida en Sudamérica, alertan los investigadores, encabezados por el epidemiólogo Mathieu Nacher. En España también se detectan casos procedentes de Sudamérica.

Fuera del radar

“La escasez de investigaciones refleja el hecho trágico de que este problema está evolucionando fuera del radar de los sistemas de asistencia sanitaria y constituye una verdadera enfermedad desatendida”, afirman los autores, que calculan “miles” de víctimas en países como Brasil, Guyana, Surinam y la Guayana Francesa. Los expertos denuncian el caso en la revista especializada PLoS NTDs. “Si no hay datos, no existe. Mientras, los pacientes continúan muriendo por una enfermedad tratable”, remachan.

Los científicos señalan a la biofarmacéutica Gilead Sciences, fundada en California hace apenas 25 años y única que vende el tratamiento recomendado contra el hongo en los casos más graves. El nombre comercial de su medicamento es AmBisome. El problema es que en los países ricos el AmBisome se prescribe habitualmente contra infecciones oportunistas por hongos en pacientes con las defensas bajas tras sufrir un trasplante o un cáncer. “Su coste supera los 800 dólares por día [unos 590 euros]”, lamentan los investigadores, procedentes de siete países.

La organización Médicos Sin Fronteras ha denunciado repetidamente el precio del AmBisome, pero no por la histoplasmosis, sino porque también es el único producto disponible contra la leishmaniasis visceral, una enfermedad provocada por un parásito que mata si no se trata y está concentrada en Bangladesh, Brasil, Etiopía, India, Sudán y Sudán del Sur.

"Muy caro"

La farmacéutica Gilead ofrece el tratamiento a ONG y a gobiernos de países en desarrollo a un precio “accesible” de 18 dólares por vial, una décima parte de lo que cuesta en naciones más ricas. “En la actualidad, un régimen de tratamiento completo para un paciente en países en desarrollo cuesta entre 120 y 450 dólares, dependiendo de las dosis de AmBisome que se necesiten. Esto aún resulta muy caro”, alertaba Médicos Sin Fronteras en su informe Contra el olvido.

La ONG recuerda que Gilead se comprometió en 2011 a donar durante cinco años una cantidad suficiente de AmBisome como para tratar a unos 10.000 pacientes de leishmaniasis visceral anualmente en países pobres. “Este acuerdo ayudará a atender las necesidades más urgentes. Sin embargo, con ello solo se da cobertura a una pequeña parte del total de pacientes, que son entre 250.000 y 300.000 anualmente”, reprobaron los médicos de la ONG.

A aquellas críticas a la biofarmacéutica se suman ahora los 32 investigadores de la histoplasmosis. Gilead vende 15 tratamientos para diferentes enfermedades, sobre todo relacionadas con el virus del sida. “Gilead se ha comprometido a facilitar fármacos contra el VIH a precios asequibles. La extensión de esta política al problema del tratamiento contra la histoplasmosis asociada al VIH, una enfermedad desatendida, sería un paso importante para mejorar la salud de los pacientes de VIH/Sida en la región”, piden los científicos.

La buena noticia es que la iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por sus siglas en inglés) ultima alternativas de bajo coste al AmBisome de Gilead, para luchar contra la leishmaniasis visceral. La iniciativa nació en 2003, cuando un grupo de médicos se cansó de administrar a personas con enfermedades olvidadas unos fármacos obsoletos que mataban por sí mismos al 10% de los pacientes en algunos casos, como la enfermedad del sueño. La alternativa al AmBisome de DNDi “podría ser valiosa para el tratamiento de la histoplasmosis”, aplauden los 32 investigadores.

 

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