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NO SOLO ES CUESTIÓN DE MEMORIA

El ‘Efecto Zeigarnik’, o cómo logra un camarero acordarse de todas las comandas

Se trata de un fenómeno que está asociado con eso de recordar a la perfección las ‘tareas pendientes’, pero que una vez realizadas las olvidamos por completo y nos centramos en otras

El ‘Efecto Zeigarnik’ o cómo logra un camarero acordarse de todas las comandas

El ‘Efecto Zeigarnik’ o cómo logra un camarero acordarse de todas las comandas Agencias

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Posiblemente has acudido, junto a un extenso grupo de personas, a un bar donde el camarero se ha acercado a tomar la comanda y cada uno de los presentes ha pedido una cosa diferente, que suele ser lo típico en estos casos. De una vez se le piden variados tipos de cafés, infusiones, refrescos o cervezas: solo, con leche, cortado, con leche desnatada, caliente, natural, con azúcar o sacarina, ligth, con hielo, sin él, con limón, en tubo, caña, jarra, negra, rubia…

El barman toma buena nota de todo ello –a veces incluso mentalmente- y a la hora de servir pone a cada persona lo que ha pedido, con un margen de error muy pequeño, acordándose prácticamente a la perfección de toda la comanda.

Ese prodigio memorístico cambia de repente cuando, tras haber sido atendidos todos los clientes de  la mesa, alguien de los presentes le pide algo adicional -por ejemplo que le caliente un poco más la leche o le traiga otro azucarillo- y ahí es cuando, posiblemente, el cliente se pase un buen rato esperando a que se lo traigan porque se le ha olvidado por completo al camarero.

La culpa de que esto ocurra es conocido como ‘Efecto Zeigarnik’ y se trata de un curioso fenómeno que pasa en el cerebro de todas las personas –no sólo de los camareros-  según el cual se posee la habilidad de recordar con mucha precisión aquellas tareas que tenemos pendientes de hacer o terminar y, sin embargo, una vez realizadas las olvidamos casi por completo. De ahí que cuando el barman ya ha servido la comanda completa, si se le añade un detalle más a hacer, se le pueda despistar fácilmente.

La inspiración, en un bar

El nombre de este fenómeno fue acuñado hacia mediados de la década de 1920 por la psicóloga soviética Bluma Zeigarnik quien en cierta ocasión, mientras se encontraba en un restaurante, se fijó en cómo los camareros tomaban las comandas y eran servían sin equivocarse absolutamente en nada, pero instantes después eran incapaces de recordar con claridad qué era lo que habían servido a cada comensal o mesa.

Bluma, a través de sus investigaciones, determinó que nuestro cerebro detecta cuándo tenemos una tarea por terminar y lo que hace es dejarlo –por decirlo de algún modo- en el apartado de ‘pendientes’.

Para llegar a sus conclusiones, que presentó en un estudio publicado en 1927, cogió a una veintena de voluntarios y los sometió a una serie de pruebas en las que debían de ir realizando diferentes tareas –tanto manuales, como memorizar datos, resolver enigmas…- y de vez en cuando alguno de ellos era interrumpido para que empezase otros cometidos.

Una vez finalizada toda la serie de ejercicios se les preguntó por aquellas cosas que habían estado realizando, dando como resultado que, en su mayoría, los voluntarios sólo recordaban a la perfección aquellas secuencias de cosas en las que habían sido interrumpidos y les quedaba todavía por finalizar.

Hoy en día se ha continuado estudiando este fenómeno, aunque se está aplicando a cosas que pueden incrementar el consumo, como por ejemplo a la hora de seguir la trama de una colección de novelas que se publican dejando un margen de tiempo entre un libro y otro. Esto se aplica sobre todo después, cuando se realiza la correspondiente adaptación para el cine o la televisión, como es el caso, por poner un ejemplo, del exitoso 'Juego de Tronos'.

El hecho de que al final de cada capítulo el espectador quede con una serie de incógnitas abiertas y sin resolver provoca que nuestro cerebro sea capaz de retener esa trama pendiente y,  al cabo de una semana – e incluso en la siguiente temporada-, podamos recordar con bastante nitidez cómo había quedado la historia justo en el punto anterior a retomarla. Evidentemente con la ayuda del famoso ‘En capítulos anteriores…’.

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