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CAMPOS DE GOLF, DESIERTOS O EL JARDÍN DE UN PRIMER MINISTRO

Los siete lugares más raros donde la ciencia busca el antibiótico perfecto

La mayoría de los antibióticos se descubrieron en el siglo pasado. Sin embargo, ahora los científicos buscan nuevos fármacos en lugares insospechados, incluido un campo de golf o la nariz de un gato.

Campo de golf

Campo de golf UEA

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“A medida que las infecciones se hacen cada vez más resistentes a los antibióticos, los científicos continúan su carrera para encontrar microbios con los que crear nuevos medicamentos en diferentes lugares del mundo”, recuerda Matt Hutchings, científico de la UEA. Desde esta institución se enumera siete de los lugares en los que la bioprospección se está llevando a cabo.

El jardín del primer ministro británico.- El suelo de los jardines sigue siendo una fuente no explotada de potenciales nuevos fármacos. El descubrimiento en 2015 del nuevo compuesto antibiótico teixobactina derivó en múltiples proyectos de bioprosprección en el Reino Unido, incluido el jardín de la residencia de su primer ministro, en el número 10 de Downing Street.

Los campos de golf.- La ivermectina es un medicamento que se utiliza para tratar una serie de infecciones que afectan a las personas más pobres de la Tierra. La ivermectina se deriva de otro compuesto llamado avermectina. El científico japonés Satoshi Omura aisló esta especie en un campo de golf en Kawana (Tokio). Omura fue co-galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2015.

Las hormigas cortadoras de hojas de América del Sur.- Son los agricultores más antiguos de la Tierra. Estas hormigas talan grandes extensiones de bosque. Los científicos de la UEA están analizando las propiedades de un hongo que comen estos insectos, llamado Leucoagaricus gongylophorus.

En las profundidades de las Bahamas.- En 1989, los investigadores de Scripps Institution of Oceanography identificaron una nueva especie de baterías, que viven en los sedimentos marinos, frente a la costa de las Bahamas. Salinispora es una bacteria que produce un compuesto llamado Salinosporamida A, que muestra propiedades contra el cáncer, actualmente en fase de ensayos clínicos.

Las esponjas marinas.- Las esponjas han sido la fuente de medicamentos contra el cáncer desde la década de 1950. A falta de un sistema inmune propio, se piensa que estos animales primitivos utilizan las bacterias productoras de antibióticos para protegerse contra la enfermedad.

El desierto de Atacama.- Este desierto, uno de los secos y antiguos del mundo, alberga nuevas especies de bacterias (Streptomyces leeuwenhoekii), que producen nuevos compuestos llamados chaxamycins, con potentes propiedades antibacterianas.

La nariz de un gato.- Además de la búsqueda de nuevos microbios productores de antibióticos en lugares exóticos de todo el mundo, algunos científicos se centran en territorios más domésticos. En concreto, un proyecto bajo el auspicio de University College de Londres. Aquí, la nueva generación de antibióticos podría estar en billetes de moneda común, tickets de tren, la nariz de un gato o incluso la barba hipster.

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