Concretamente, el nuevo traductor detecta la actividad cerebral y, a partir de ella, reproduce lo que un sujeto está escuchando con una claridad sin precedentes. Según los investigadores, este gran avance podría permitir que los ordenadores se comunicaran directamente con el cerebro, sin necesidad de articular palabra.

Además de que allana el camino para encontrar un modo de que las personas que no pueden hablar, por ejemplo víctimas de un ictus o enfermos de ELA (Esclerosis lateral amiotrófica) puedan comunicarse con el mundo exterior sin esfuerzo.

"Nuestra voz nos ayuda a conectar con nuestra familia, nuestros amigos y el mundo que nos rodea, y por eso perder la capacidad de hablar resulta tan devastador", explica Nima Mesgarain, autora principal de la investigación que publica la revista Scientific Reports.

"Con nuestro estudio descubrimos que hay esperanza, que hay una posibilidad de devolver esa capacidad, de decodificar los pensamientos", añade.

Cada vez que una persona habla - o incluso imagina que está hablando - se forman en su sesera ciertos patrones de actividad cerebral reconocibles. Y lo mismo pasa cuando es otro el que nos habla -o imaginamos que nos habla- y nosotros le escuchamos. Entendiendo cómo se relacionan esos patrones con palabras concretas, pensó Mesgarani y sus colegas, soñar con un traductor mente-discurso verbal no parecía una utopía inalcanzable.

El primer paso, analizar la representación mental del sonido, lo dieron hace ya algún tiempo. Pero se les resistía eso de producir un discurso inteligible. Hasta que decidieron usar un vocoder, esto es, un algoritmo informático entrenado con grabaciones de personas hablando. La misma tecnología que usan Amazon Echo y la popular Siri de los iPhone para dar respuestas verbales a nuestras preguntas.

En pacientes con epilepsia

Solo que en este caso a su "Siri" no le enseñaron a responder a las cuestiones más o menos ingeniosas de un puñado de humanos preguntones sino a interpretar la actividad cerebral. Contando con la valiosa ayuda del doctor Ashesh Dinesh Mehta, un neurocirujano que suele intervenir a pacientes con epilepsia.

"Le pedimos a los pacientes del doctor Mehta que, mientras estaban tumbados en la mesa de operaciones, escucharan frases pronunciadas por diversas personas, a la vez que medíamos su actividad cerebral", dice Mesgarani. Con los registros que obtuvieron, entrenaron a su traductor.

"Ya lo hemos probado con secuencias de números y el traductor funciona", anuncia Mesgarani, que avisa de que el siguiente paso es complicarlo con palabras más enrevesadas y frases completas.

En última instancia, los investigadores esperan que el sistema forme parte de un implante similar al que usan algunos pacientes con epilepsia, pero en este caso para traducir lo que pensamos directamente a palabras. Sin tapujos.