ECOLOGÍA

¿Cómo pueden llegar los microplásticos a nuestro cerebro?

Los microplásticos, presentes en el aire, el agua y los alimentos, pueden llegar a nuestro cerebro a través de la respiración, la ingestión e incluso la piel. Estudios recientes advierten que estas partículas podrían causar inflamación y daños neurológicos.

Microplásticos

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Los microplásticos son diminutas partículas que se generan a partir de la fragmentación de plásticos más grandes y hoy están presentes en el aire, el agua y el suelo. Estas pequeñas partículas pueden alcanzar el cerebro por diferentes vías. Una de las principales es la inhalación: al respirar aire con polvo o fibras plásticas, estas entran en el organismo y, según investigaciones recientes, son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica, la protección natural del cerebro. Antes se pensaba que solo los nanoplásticos, aún más pequeños, podían hacerlo.

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microplásticos, cerebro | Sinc

Otra vía frecuente es la ingestión de alimentos o bebidas contaminadas. Una vez en el sistema digestivo, los microplásticos pueden pasar al torrente sanguíneo y, desde allí, llegar al cerebro. Incluso existe una posibilidad menor de absorción a través de la piel, por contacto con productos que los contienen, como cosméticos o ropa sintética, que terminan también en la circulación sanguínea.

Aunque sus efectos no están del todo claros, los científicos sospechan que estas partículas pueden provocar inflamación, alterar la salud cerebral a largo plazo e incluso favorecer problemas graves como la trombosis cerebral. Así lo señala un estudio publicado en Science Advances, que advierte de las posibles consecuencias neurológicas de esta exposición invisible.

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