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Caminar hacia atrás: el sencillo hábito que mejora tu salud más de lo que imaginas
Según los expertos, este tipo de movimiento involucra grupos musculares distintos y exige una mayor concentración, lo que lo convierte en un entrenamiento físico y mental al mismo tiempo.

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A veces creemos que ya está todo inventado cuando se trata de caminar. Salimos a pasear, hacemos nuestros diez mil pasos y sentimos que poco más se puede mejorar en algo tan básico. Sin embargo, puede que no lo sepas, pero caminar hacia atrás también es un ejercicio con beneficios reales para la salud. Te contamos los detalles.
Expertos en biomecánica y fisioterapia aseguran que caminar hacia atrás activa músculos que normalmente no utilizamos con tanta intensidad al hacerlo de manera convencional. La profesora Janet Doufek, de la Universidad de Nevada (Las Vegas), señala que este tipo de movimiento involucra grupos musculares distintos y exige una mayor concentración, lo que lo convierte en un entrenamiento físico y mental al mismo tiempo.
Además, hay un aspecto muy interesante relacionado con las articulaciones. Al caminar hacia atrás, la forma en que pisamos cambia por completo y eso reduce el rango de movimiento de la rodilla. Esto puede ser beneficioso para personas que se están recuperando de lesiones o que quieren fortalecer la zona sin ejercer tanta presión sobre ella. De hecho, algunos fisioterapeutas lo utilizan como técnica de rehabilitación porque permite trabajar de forma segura la estabilidad y la fuerza de las piernas.
Más allá de lo físico, esta forma de caminar también estimula el cerebro. Al no ser un movimiento habitual, el cuerpo y la mente deben coordinarse de una forma diferente, lo que mejora la atención, el equilibrio y la percepción espacial.
Lo mejor es que incorporar este hábito no requiere grandes cambios ni equipos especiales. Los expertos recomiendan empezar poco a poco: por cada diez minutos de caminata normal, añadir solo uno caminando hacia atrás. Lo ideal es hacerlo en un entorno seguro, como una cinta de correr a baja velocidad o un espacio despejado. Con el tiempo se puede aumentar progresivamente la duración y la velocidad, siempre escuchando al cuerpo.
En definitiva, caminar hacia atrás es una manera diferente de activar músculos olvidados, proteger las articulaciones y mejorar el equilibrio.
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