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Pedro Duque, el astronauta español, también participó

VÍDEO: Así fue la primera rave en condiciones de gravedad cero

Una empresa alemana y la Agencia Espacial Europea organizaron este evento con jóvenes de todo el mundo, que estuvieron 25 minutos en suspensión durante un vuelo de hora y media.

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¿En qué lugar has tenido la fiesta más salvaje de tu vida? Probablemente ninguno de ellos supere al de esta ‘rave’, que nada tiene que envidiar a las que se celebran sobre suelo. Este miércoles, la empresa alemana BigCityBeats, conocida por organizar eventos de música electrónica, lanzó en Fráncfort (Alemania) el vuelo World Club Dome Zero Gravity A310, con la colaboración de la Agencia Espacial Europea. En su interior, una veintena de personas disfrutaron de los mejores temas experimentando la ingravidez.

La ESA utiliza el aparato de Airbus Novespace A310 para el entrenamiento de sus astronautas, pero en esta ocasión ha querido hacer algo especial, coincidiendo con el décimo aniversario del módulo Columbus, un laboratorio de la agencia en la Estación Espacial Internacional. Los invitados, jóvenes de países como Alemania, Reino Unido o Corea del Sur que ganaron un concurso, tuvieron que acudir al aeropuerto de Fráncfort y hacer los trámites habituales de un vuelo, incluyendo mostrar el pasaporte. Junto a ellos estuvieron el astronauta español Pedro Duque y su compañero francés Jean-François Clervoy.

En esta particular ‘rave’ de tan solo hora y media de duración había, además de los dos astronautas, tres DJ: el estadounidense Steve Aoki y el dúo holandés W&W. En estos vuelos, se llega a una altura bastante considerable y luego se cae para experimentar la ingravidez durante unos 30 segundos. Así, de esa hora y media los invitados pudieron despegar los pies del suelo durante unos 25 minutos, de acuerdo a BigCityBeats.

Desde luego, no fue una fiesta electrónica de las habituales. Por las imágenes que se han publicado en internet, los participantes estaban tumbados en el suelo cuando la música comenzó a subir de intensidad; de repente, fueron impulsados hacia el techo. El baile se diferencia un poco del que podemos hacer en una discoteca o ‘rave’ con los pies en la tierra: los invitados movían los brazos y las piernas, pero de forma menos rítmica. En este ambiente era mejor hacer la voltereta y el pino o posturas de yoga, intentando no chocar con nadie a tu alrededor. El avión estaba decorado con focos y luces de fiesta; convenientemente fijados a la estructura, eso sí, como la mesa de música.

Con ello, la compañía da un paso más en la organización de fiestas en lugares salidos de la norma, como trenes de alta velocidad o cruceros. Sin embargo, esta experiencia es muy diferente. “La sensación de ingravidez es algo único”, ha dicho Pedro Duque a colación de esta experiencia. “Es la única forma en la que puedes sentirte en el espacio sin tener que subir a un cohete”.

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