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EL SATÉLITE SE CONVIERTE EN CANDIDATO A POSIBLE VIDA EXTRATERRESTRE

La NASA confirma un océano subterráneo en la luna Europa de Júpiter

El telescopio espacial Hubble de la NASA detecta lo que puede ser penachos de vapor de agua en erupción de la superficie de la luna Europa de Júpiter. El descubrimiento coloca al satélite en uno de los posibles lugares que pudieran albergar vida extraterrestre dentro de nuestro sistema solar, dado que ello implica la existencia de un océano subterráneo.

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El telescopio Hubble de la NASA ha detectado chorros de agua emergiendo de la superficie de la luna de Europa, por lo que se trata de la primera evidencia directa de la presencia de un océano subterráneo, aumentando de esta forma la potencial habitabilidad del satélite de Júpiter.

Hoy a las 20:00 daba comienzo la esperada teleconferencia de la NASA para anunciar “sorprendentes evidencias de actividad en Europa” detectadas por el telescopio espacial Hubble. Y como adelantaba la NASA en Twitter, no se trata de vida, algo que, obviamente ya suponíamos.

William Sparks, científico del STScI (Space Telescope Science Institute), nos muestra evidentes plumas de vapor de agua saliendo de manera intermitente de la superficie helada de Europa, indicando de una manera muy sólida la existencia de un océano subterráneo, algo ya evidenciado en base a movimientos propios del satélite, pero hasta ahora sin una prueba directa. Estas nuevas imágenes, tomadas en 2014, salen ahora a la luz debido al tiempo que se ha tardado en reconstruirlas e interpretarlas.

Britney Schmidt, científica del School of Earth and Atmospheric Sciences compara estas observaciones con las realizadas por Cassini en Encélado, satélite de Saturno donde también se detectaron este tipo de plumas procedentes de su océano interno, y aquí en CienciaXplora ya hablamos de la importancia de estos océanos subterráneos. Y como bien plantea Sparks “si esto ocurre en Encélado (primer satélite con evidencias de agua), ¿por qué no iba a ocurrir en Europa?”

¿Hay vida más allá de la Tierra? “Vivimos en una época en la que los instrumentos nos permiten responder a esa pregunta”, afirma Paul Hertz, director de la división de Astrofísica de la NASA, reafirmando de esta forma al satélite Europa como uno de esos lugares donde buscar vida más allá de nuestro planeta, y aunque los instrumentos todavía no son capaces de dilucidar las moléculas de las que están compuestas estas plumas, el mero hecho de detectarlas ya se considera un gran avance.

También es necesario analizar los datos, o lo que sería mejor todavía, volver a apuntar el Hubble hasta el satélite helado para descartar las ya escasas posibilidades de que esas plumas se hayan malinterpretado y hayan sido ruido aleatorio. No obstante, los científicos están muy seguros de sus resultados y apuestan fuertemente porque realmente se trata de plumas de vapor de agua.

Es una lástima que Juno no sea capaz de hacer nada con este descubrimiento ya que no está preparada para coger muestras de estos géiseres en alguno de sus sobrevuelos. Ojalá y se hubieran descubierto antes. De esta forma, seguramente Juno tuviese un diseño que permitiese estudiar más a fondo este satélite. Sin embargo, estos resultados dan muchos motivos para enviar una misión que recoja información ‘in situ’ de este lugar y nos haga llegar el verdadero potencial de este satélite.

Entonces… ¿Hay vida en Europa? Ciertamente no se sabe, pero si la hubiera, descubrimientos como éste la avalarían.

¿EUROPA DESBANCA A ENCÉLADO?

Encélado era el satélite con mayor potencial de habitabilidad del sistema solar. Con estos nuevos datos de la NASA, ¿lo será ahora Europa?

“Europa y Encélado me parecen igualmente importantes, especialmente ahora que de confirma su actividad geológica”, explica Jesús Martínez Frías, director de la Red Española de Planetología y Astrobiología y jefe del Grupo de Investigación del CSIC de Meteoritos y Geociencias Planetarias.

Otra de las preguntas que se hacen la comunidad científica y los aficionados a la astronomía es si se debería perforar la corteza de hielo del satélite de Júpiter para obtener datos o no.

Analizar las plumas es un método indirecto de análisis. Como geólogo planetario me gustaría poder muestrear y analizar el hielo y las sales directamente. E incluso la subsuperficie. Pero es cierto que existen restricciones éticas de protección planetaria que hay que considerar muy seriamente para evitar cualquier contaminación”, añade Martínez Frías.

“Parece que solo han detectado agua y los subproductos de la radiacion, es decir, oxigeno”, apostilla Olga Prieto Ballesteros, directora del Departamento de Planetología y Habitabilidad del Centro de Astrobiología (CAB/INTA-CSIC), en referencia a de qué estarían compuestas estas plumas.

Otra de las cuestiones sobre la misión espacial Juno es si el hallazgo del Hubble, de conocerse de antemano, hubiera condicionado la instrumentación de la nave.

“No porque pronto se lanzará la Europa multiple flyby mission (2020)”, finaliza Prieto.

 

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