¡Felices Gemínidas!: La lluvia de estrellas llega a su máxima actividad

A nivel visual, las gemínidas son unos meteoros muy brillantes y muy lentos. De hecho, una estrella fugaz puede durar varios segundos, rayando el cielo de un tono verdoso. Por nuestra perspectiva, parecen proceder de la constelación de Géminis, de ahí su nombre. Para observarlas, siempre se recomienda a simple vista, sin prismáticos ni telescopios y es recomendable mirar al Este aunque los meteoros nos pueden sorprender por cualquier lugar de la bóveda celeste.

La mayoría de las lluvias de estrellas son producidas por los tubos meteóricos, que no es otra cosa que los escombros de polvo que dejan los cometas a su paso, pero, en este caso, las Gemínidas son producidas por un asteroide: (3200) Phaeton.

Este asteroide se piensa que es un cometa extinto y los meteoroides o granos de polvo que va dejando tras su paso son más densos que en el caso de cometas y por lo tanto, libera más energía en su contacto con la atmósfera terrestre, haciéndolos más brillantes y más lentos como os he comentado anteriormente.

Las Gemínidas son una lluvia muy estable ya que el Phaeton tiene un periodo de tres años, por lo que el tubo meteórico que va dejando tras de sí, se renueva frecuentemente haciendo de las Gemínidas una apuesta segura para ver meteoros en el cielo.

Seguramente las Perseidas o “lágrimas de San Lorenzo” sea la lluvia de estrellas más típica debido a las agradables temperaturas de las noches veraniegas. Pero, no son las más intensas. A nivel numérico, las Perseidas producen 100 meteoros por hora en condiciones ideales en el máximo. Sin embargo, las Gemínidas tienen un máximo establecido de 120 meteoros por hora.

La Luna

En este 2013, la Luna no acompañará ya que estará prácticamente llena y será visible casi toda la noche. Se ocultará por el horizonte Oeste aproximadamente al as 5:30 de la mañana. Así que, para ver la lluvia de estrellas en su máximo esplendor, habría que esperar a esa hora para evitar la contaminación lumínica natural que nos proporciona la Luna. Eso sí, también hay que evitar la contaminación lumínica artificial que nos proporcionan las ciudades. Por lo tanto, nos tocará salir al campo para disfrutarla.

Si realmente os gusta ver estrellas fugaces, el hecho de tener que madrugar para ver la lluvia y tener temperaturas de varios grados bajo cero tan sólo serán pequeños inconvenientes que quedarán sobradamente compensados al disfrutar del espectáculo que proporcionan esos fragmentos del tamaño de un grano de arroz que entran en la atmósfera a una velocidad a más de 30 Km/s. La energía liberada de la entrada atmosférica producirá una bonita estrella fugaz. Eso sí, ¡no os olvidéis los abrigos!