TecnoXplora » CienciaXplora » Astronomía

AYUDARÁ A ESTUDIAR LAS ATMÓSFERAS

La condena a muerte de un exoplaneta: orbita en espiral directo hacia su estrella

Una estrella ha provocado que el exoplaneta KELT-16b entre en una órbita letal que hará que se destruya en 'poco' tiempo.

Representación artística de lo que podría ser el exoplaneta KELT-16b

Representación artística de lo que podría ser el exoplaneta KELT-16b G. Bacon (STSci)/NASA/ESA.

Publicidad

¿Qué ocurre cuando un planeta está orbitando cada vez más cerca de su estrella? Ya les adelanto que el planeta no se destruirá cuando sea engullido... Según un nuevo estudio publicado en 'The Astronomical Journal' lo que ocurrirá será que el planeta sufrirá unas fuerzas de marea que harán que se vaya desintegrando.

Es lo que le sucederá al exoplaneta conocido como KELT-16b, un exoplaneta gigante, caliente y gaseoso que tiene aproximadamente 2,75 veces la masa de Júpiter y es 1,4 veces más ancho. Sin embargo, su órbita es mucho más reducida que la de nuestro vecino gigante. De hecho, su órbita es 20 veces menor que la de Mercurio. Y por esto el planeta puede alcanzar temperaturas abrasadoras de unos 2.200º C.

El exoplaneta en cuestión está situado a unos 1.300 años luz de nosotros y la estrella a la que órbita es ligeramente más grande que el Sol. Además, las observaciones sugieren la existencia de una estrella compañera. Se trataría de una enana roja que orbitaría a unas 286 unidades astronómicas de la estrella principal, esto es, a 286 veces la distancia Tierra-Sol.

A pesar de la lejanía de la compañera, la enana roja parece ser la causante de la inestabilidad orbital de KELT-16b, que se produjo hace unos 2.100 millones de años y los científicos estiman que las fuerzas de las mareas destrozarán este planeta en unos 550.000 años.

Los investigadores se están aprovechando de esta cercanía, ya que ahora el exoplaneta tarda menos de 24 horas en completar una vuelta completa a su estrella, lo que hará que sea más fácil examinar la luz de la estrella cuando atraviesa la atmósfera del planeta y así dar pistas sobre su composición.

¿Y por qué esto es importante? Porque la última frontera en la ciencia de los exoplanetas está en analizar las atmósferas de estos mundos lejanos para aprender a medir la presencia de una molécula biomarcador que pueda servir como evidencia de actividad biológica.

Publicidad