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LUCHA DE APPS

Seis razones por las que SnapChat mola más que Instagram o Facebook Stories

¿Instagram Stories? ¿Facebook Stories? ¿WhatsApp Status? Hay quién les augura un futuro negro, pero hay algunas razones de peso para defender a SnapChat, aunque no tengamos fe de que esto acabe tan bien como David contra Goliat.

Snapchat

Snapchat barnimages en Flickr bajo licencia CC

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Antes del verano del 2016, Snapchat se las prometía muy felices. Era en muchos lugares la jefa indiscutible en el segmento de edad más joven (14-24 años) y poco a poco estaba seduciendo a los más mayores (24-35 años), aburridos de un Facebook cada vez menos personal y un Instagram que molaba, pero que todavía no había mostrado el as bajo la manga que se guardaba.

De repente, apareció un engendro perfecto llamado Snapsgram, perdón, Instagram Stories, la venganza perfecta de Mark Zuckerberg por el intento de compra fallido de SnapChat en 2014. Una OPA hostil fallida de usuarios más que de tecnología que ha superado dándole donde más duele al enemigo: haciendo una copia casi perfecta suya.

Parece que el gancho de derechas le ha hecho pupa, porque las últimas estadísticas no son halagüeñas. En los dos últimos años Instagram crece a un ritmo de más de 300.000 usuarios activos cada mes, mientras que SnapChat sólo consigue 87.000 más. Sus datos de crecimiento demuestran una ralentización, según el informe de su salida a bolsa.

Aún así, hay motivos para creer que todavía tienen muchas balas en la recámara. Concretamente seis, que te contamos a continuación.

1.- Es más adaptable. Aunque carece de la mejor usabilidad de Instagram, la plataforma del fantasma es más susceptible de cambios que su repentino competidor. Además, sus secretos son toda una fuente de sorpresas, como ya te contamos en este artículo.

2.- Círculos más íntimos. Una red social sin muchos contactos puede ser un tostón, pero tener un grupo reducido en una red en el que todo el contenido desaparece y tienes más control es una buena opción para los hartos de unas plataformas más 'mainstream' saturadas de gente y configuraciones de privacidad aburridas.

3.- Publicaciones más controladas. SnapChat no es el summun de la seguridad, pero si te lo montas bien seguro que tienes menos momentos incómodos al ver quién ha visto todo y quién ha hecho captura de tus publicaciones. Y que tus mensajes privados se los lleva el viento y sólo se pueden ver una vez...

4.- Menos anuncios. Esto no quiere decir que, como toda red social, no recabe datos de sus usuarios y los venda para vender publicidad, pero su crecimiento no da ni para hacer sombra al monopolio de Google y Facebook. Estos se llevan, según varios analistas, más del 65% de ingresos en publicidad digital.

5.- Funciones más molonas. Poder leer noticias de manera divertida, seguir eventos chulos en directo, usar tus bitmojis (iconos que te representan a ti en distintas acciones), los filtros molones, etcétera... Snapchat le da un repaso a Instagram Stories, aunque si quieres mayor impacto y llegar a más gente quizá prefieras la segunda.

6.- Quédate con el original, colega. “Facebook copia a SnapChat por quinceava vez”. Esto es un titular certero y con algo de mala baba de 'The Guardian' de diciembre de 2016, pero es la realidad. Vale que vivimos en una sociedad que prefiere posverdades o verdades a medias, pero para qué quedarse con la copia teniendo al original. Todo se ve mejor vomitando un arcoiris, como el mítico sticker de SnapChat.

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