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CASI TODO DISEÑADO PARA LA WEB

El enemigo del Mac no es solo su precio, sino el ecosistema web

Los Mac de Apple han sido los mejores supervivientes en la era del desplome generalizado de ventas del mercado de los ordenadores. Junto a los ordenadores destinados a los jugadores intensivos de videojuegos, han sido el mayor respiro de una industria que ha visto cómo el auge del smartphone ha condenado a los ordenadores domésticos.

MacBook

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No obstante, los Mac tienen un asterisco a estas alturas: la web les ha hecho perder parte de su ventaja competitiva frente a los PC. Un Mac, frente a un PC, llama positivamente la atención en diseño, acabados, y sobre todo, un sistema operativo único, macOS.

¿El problema? Que en la medida en que las aplicaciones han ido encajándose en la web, y no en sistemas de escritorio, la diferencia entre los Mac y los PC se reduce. Spotify, documentos de Google Drive colaborativos, correo, calendarios, listas de tareas, mensajería… Casi todo funciona por defecto en la ventana de nuestro navegador.

Esta evolución hace que, en la práctica, sea menos distinguible lo que hacemos con un Mac de lo que hacemos con un PC. Pero las diferencias de precio entre unos y otros sigue siendo notable. El comprador del Mac seguirá teniendo muy posiblemente esos acabados, diseño y nivel de detalle que Apple aplica a sus productos, además de macOS. Pero parece innegable que el panorama en los últimos diez años ha cambiado demasiado.

Mac de Apple
Mac de Apple | Apple

Hace diez años, Apple promocionaba y actualizaba con frecuencia las aplicaciones de sus suites iWork (Pages, Numbers, Keynote) y iLife (iPhoto, iDVD, GarageBand, iWeb, iMovie). Las primeras han sido olvidadas en macOS en favor de Microsoft Office, sus únicas novedades son las que pertenecen a las versiones de iOS, concretamente a las de iPad. Las segundas directamente han sido en algunos casos descontinuadas, en otros, reemplazados por alternativas de terceros más versátiles.

Hoy queda poco de eso. El único foco del software de escritorio de Apple está en sus aplicaciones profesionales, como la edición de imagen o vídeo. Para el usuario promedio, el doméstico, las diferencias son cada vez más complicadas de percibir en cuanto a software puro y duro, al menos en el día a día. Otro cantar podría ser el largo plazo, la estabilidad, la ausencia de errores. Pero en el momento de elegir entre gastar 600 euros o 1.500 euros, quizás ese usuario necesite más argumentos de peso como para no optar por la opción más económica: el PC.

Mientras tanto, esos esfuerzos por captar al usuario doméstico se centran en llevarle hacia el iPad o el iPad Pro, quienes a juzgar por sus campañas de marketing son los auténticos ordenadores domésticos de Apple para esta nueva generación.

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