Micky va a casarse, pero tiene un problema: su mejor amigo. Llevan toda la vida haciéndolo todo juntos y su compañero desde la infancia se lo ha tomado fatal. Una mujer va a separarlos y se siente ofendidísimo. Micky no sabe cómo afrontarlo y se siente culpable. No quiere perder a ninguno de los dos. De alguna manera han sido una pareja sólida hasta que apareció ella; ¡el mal!, la mujer, según su colega, que está a punto de arrebatarle a su mejor amigo para siempre. Felisuco entra en escena en algún momento para tratar el tema entre los tres. Gustavo propondrá que no tienen por qué elegir; pueden seguir su vida como amigos a pesar de la boda, pero no será tan fácil de entender para Felisuco, que se siente despechado. 

Quizá Felisuco decida no casarse y acabe perdiendo a su mujer. Quizá siga adelante con la boda y acabe perdiendo a su mejor amigo.  Quizá Gustavo, tras soportar sendos reproches, acabe perdiendo la paciencia... Todo puede pasar.