La historia real que se cuenta en la nueva serie documental de 'Se busca millonario' tenía todos los ingredientes para llegar a la pantalla: un premio de la Primitiva de 5 millones de euros que busca dueño, más de diez años de investigación, cientos de aspirantes a millonarios (algunos fallecidos en el proceso) y un héroe convertido en villano. HBO Max repite con la productora de 'Dolores: la verdad sobre el caso Wanninkhof' para la docuserie 'Se busca millonario'.

Sobre la docuserie

Ahora, 'Se busca millonario' profundiza en esta historia sobre la obsesión humana y la corrupción del dinero. Víctor García Martín y Susana López Raña son los creadores de la idea original de la serie que la propia Susana dirige junto a Noemí Redondo. Para Redondo, se trata de "un historia tan real que, en ocasiones, puede parecer mentira". "Es a la vez un rompecabezas, una investigación y un reflejo de lo que la mente, impulsada por la ilusión, es capaz de crear y creer", añaden.

Susana López Raña también ha explicado que la historia la "atrapó hace diez años". "Parecía un guion cinematográfico, pero era una historia real (...) Había dolor, había intriga, había suspense, había misterio, había esperanza… Tenía todos los ingredientes para convertirse en un perfecto 'true crime'". A continuación, repasamos los datos del caso.

Cartel de 'Se busca millonario', nueva docuserie de HBO Max.

Un auténtico rompecabezas

La trama de la historia se remonta exactamente a once años atrás en A Coruña, donde el 26 de junio de 2012 se selló una apuesta del sorteo de la Primitiva que resultó premiado con 4,7 millones de euros. Días después, ya en el mes de julio, el lotero de la administración del centro comercial presuntamente encontró el billete premiado en su mostrador y lo comunicó, también llegó a reclamar el premio para sí mismo -según declaró- para evitar que caducase. En caso de que no aparezca el dueño, la ley regula que el billete premiado de la Primitiva pertenece a la persona que lo haya encontrado cuando pasen dos años sin que aparezca el propietario.

Unos meses más tarde el caso se hizo público y llegó a los medios de comunicación la noticia de que el Ayuntamiento de A Coruña activaba un expediente de hallazgo del dueño del premio millonario. Así fue como aparecieron 300 reclamantes, pero el expediente no pudo cerrarse con éxito ante la imposibilidad de saber quién era el afortunado real.

La investigación se había complicado porque había pasado demasiado tiempo y las imágenes de las cámaras de seguridad del centro comercial ya habían sido borradas. Con el paso de los años, la búsqueda se convirtió en un asunto judicial y en 2019 cuatro personas seguían litigando. Ese mismo año, un informe policial barajaba la posibilidad de que el lotero hubiera engañado al propietario del boleto. Así Manuel Reija pasaba de ser un héroe a un presunto villano que habría actuado además con la complicidad de su hermano quien, para más inri, era delegado provincial de Loterías. Ambos se sentarán en el banquillo acusados de apropiación indebida y estafa.

Las pesquisas policiales también habrían dado con el posible dueño engañado, que habría comprobado el boleto premiado y otros dos llegando incluso a cobrar un premio de 3 euros. Lo malos es que ya era demasiado tarde porque el afortunado jubilado ya había fallecido. Ahora falta que la Justicia determine once años después a quién corresponden esos 4,7 millones que en estos han aumentado al sumar los intereses.