Ya se sabe que "quién juega con fuego se acaba quemando" y es que hay mucha sabiduría popular alrededor del concepto del juego y el significado siempre se enfoca en que lo que comienza como algo divertido puede acabar siendo peligroso. Y esto viene muy al caso para hablar de la nueva serie documental de Netflix '(P)ícaro, el pequeño Nicolás'. Este proyecto de tres episodios se centra en contar la historia de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el pequeño Nicolás cuando en 2014 salió a la luz tras ser detenido y acusado de varios delitos como descubrimiento y revelación de secretos o violación de secretos oficiales. De hecho, acumula cuatro condenas que le podrían llevar, cuando se resuelvan los recursos, a pasar varios años en la cárcel. Pero habrá que ver si eso puede ser material para un capítulo extra, si llega a producirse.

De momento, ahora habrá mucha gente que, igual que sucedió en 2014 se pregunte, quién es ese 'Pequeño Nicolás'. Un joven relacionado desde los 14 años con las altas esferas políticas y muy bien relacionado en el Partido Popular, o con empresarios de alto nivel y que, incluso, estuvo en el besamanos de la coronación de Felipe VI. Por todos estos datos Adolfo Moreno, cocreador y jefe de guion de la docuserie, estaba convencido de que "era un historión que había que contar".

De la historia, al protagonista y a las fuentes

Hablamos con el cocreador en una sala de Capa España, la productora del grupo Izen que ha desarrollado el proyecto. "Con esta historia pasó lo que pasa muchas veces en España y es que fue un boom, pero la figura de Francisco Nicolás fue trazada en su momento con brocha muy gorda y daba mucho para analizar", nos cuenta sobre el origen. Era un tema en el que Moreno ya había trabajado como periodista, igual que Tomás Ocaña, que en ese momento estaba al frente de la productora, o como Arancha Sánchez que ha sido productora de la docuserie.

"Sabíamos que había que hacerlo" y lo primero fue sumergirse de lleno en los sumarios policiales de las investigaciones sobre Francisco Nicolás. "Esos documentos son oro porque todo lo que está en ellos se puede utilizar y además nos daba acceso al teléfono de Francisco Nicolás". Aún así, el momento en el que confirmaron que tendrían al protagonista fue lo que cambió todo. Francisco Nicolás se ha sentado en dos ocasiones con ellos y la primera entrevista duró nueve horas.

Sin embargo y, a pesar de que en el documental, aparecen otras fuentes como el exdirector de Comunicación de Casa Real Jorge Ayuso, el excomisario Villarejo o el empresario Javier de la Rosa, Moreno asegura que lo complicado fue conseguir que quisiera hablar María del Carmen Iglesias, la madre del protagonista, y pone en valor su testimonio porque "el rol de la madre es fácil de entender".

Hay que tener en cuenta que a través de Netflix, la historia va a llegar a muchísimas personas que nunca han escuchado hablar de esta historia, bien por edad, o bien porque geográficamente les pilla muy lejos. De ahí, que los creadores tuvieran el objetivo de informar, analizar y verificar sin dejar de entretener. "El reto era doble, contar e investigar periodísticamente qué cosas eran verdad de la 'gran mentira de Francisco Nicolás' y por otro lado, hacerla entretenida". Para Moreno, el reto se ha conseguido y "'(P)Ícaro, el pequeño Nicolás' logra ese mix de entretener e informar, además de contar cosas que no se sabían".

Del rigor y el salseo

Cuánta verdad hay en una mentira. Es la gran cuestión que aborda la docuserie y no solo en cuanto a la versión de Francisco Nicolás, sino también la de todas las fuentes entrevistadas y, para ello ha sido clave el trabajo de investigación periodística. "En Capa España somos especialistas en metodología anglosajona de verificación, no hemos inventado nada. Un equipo con las mejores periodistas de España ha trabajado durante meses en el 'fact checking' de todos los guiones", ha explicado Moreno.

Para el jefe de guion, la clave de esta historia también está en "el abanico de emociones tan grande y tan diverso que va a despertar en la audiencia" y añade: "Al final, como espectadores disfrutamos con protagonistas muy poliédricos". Al mismo tiempo, es una historia seria que da también pie al salseo. Y no se puede obviar que ha servido para alimentar Internet de memes. "No nos hemos dejado ni un chiste y también hay picardía en el montaje".

Del juego y los VHS

El juego es una constante desde el título de la docuserie que utiliza la figura del pícaro, con la que tanto se ha comparado a Francisco Nicolás, y el mito de Ícaro, que quiso volar tan alto que se acercó demasiado al sol y acabó perdiendo las alas y cayendo al mar.

Esto entronca con otros dos elementos importantes para contar la historia y que son, por un lado, la propuesta gráfica del juego de mesa, con su tablero, sus figuritas y sus tarjetas "que integra muy bien el subtexto del juego, permite contar muchas cosas y también sirve para ilustrar los WhatsApp". Y por otro lado, las escenas recreadas con escenografía teatral que son como "la mente de Francisco Nicolás" y ha sido un recurso para mostrar hechos subjetivos y difícilmente comprobables como cuando Francisco Nicolás dice que ponía los pies en la mesa en las reuniones o cuando cuenta que escondió dinero de una licitación en casa de su abuela. "Es la parte que nos ayuda a entender su visión del mundo y a plasmar esa grandilocuencia del personaje", explica Moreno.

El concepto se completa con las cintas VHS personales de la familia Gómez Iglesias en las que se descubre a un pequeño Nicolás que ya desde niño apuntaba maneras y que son todo un hallazgo. "Las hemos utilizado en su justa medida cuando venía a cuento como para mostrar esa ilusión al recibir una corbata de regalo con solo dos años, o su fascinación por las luces de la policía y las sirenas", continúa el cocreador. "El contenido y el contexto es que para Nicolás todo era un juego, lo dice incluso una amiga suya, y es que era un niño".