Cuando agentes de la Guardia Civil registraban la vivienda de la familia de Antonio Anglés, en busca de pruebas que pudiesen ligarlo con la desaparición de las tres niñas de Alcàsser sonó el teléfono. Los agentes escucharon atentos una llamada que dejaba muchas incógnitas por resolver.

"Kelly, soy yo, Rubén. Cuando venga, le dices al 'El Rubio' que vaya donde está el plato y la maneta de la moto. Que traiga los dos sacos de dormir y los Kellogg's y la leche que hay encima de la nevera. ¿Sabes?, lo antes posible".

Eso es lo que se escuchó al otro lado del teléfono y que el exsargento de la Guardia Civil José Moreno Alegre aún recuerda bien: "Se comunicaba de una forma como ocultando datos", explica en la docuserie 'Anglés: Historia de una fuga'.