Cameron Black muestra sus dotes con el escapismo cuando encierran a la guía de un museo en una de las galerías rodeada de bombas. El secuestrador quiere 120 millones de dólares o si no volará el espacio por los aires.

La idea de El Ilusionista es cruzar la verja utilizando espejos ya que el secuestrador ha instalado cámaras dentro de la habitación y ante cualquier imprevisto, hará estallar las bombas situadas en los cuadros. Con esos espejos, engañará el ojo del delincuente y sacará a Joan, la trabajadora del museo, sana y salva.

Para ello, primero tienen que saber cómo entrar en la galería y dar con la única persona que consiguió entrar a robar burlando la seguridad. Se trata se un artista del escape que está preso en la cárcel en la que Jonathan Black está encerrado.

Tras hacerse con los planos de un pasadizo secreto que hay en la galería y que no aparece en los planos oficiales, el equipo mágico formado por Jordan, Dina y Gunter preparan el número de escapismo de Cameron.

Un truco que tendrá que hacer en algo más de siete minutos y que empezará en cámara lenta para luego ir a cámara rápida. Así conseguirá engañar a la cámara y por tanto al ojo del secuestrador.

Tras colocar el espejo en el suelo, colocar unos cuadros invertidos y un maniquí simulando la figura de Joan, Black coloca espejos también en las cámaras que enfocan a la guía y los cuadros falsos. Sin embargo, el delincuente se percata de que algo pasa cuando ve que la trabajadora no se ha movido en 90 segundos y aprieta el botón que detona las bombas.

Por suerte, tanto Cameron, como Joan, como la agente Kay que se había colado en la galería para salvar los cuadros, salen ilesos.