En la serie de ATRESplayer PREMIUM 'No se lo digas a nadie', varios integrantes del equipo de la investigación recuerdan cómo vivieron aquellos días del verano de 2016 en los que la noticia delasesinato de una familia en Pioz no solo estaba en todos los informativos de España, sino también en todos los programas de televisión de Brasil.

La noticia del asesinato de una familia brasileña comienza a extenderse como la pólvora por Brasil y, especialmente, por la ciudad de origen de las víctimas Joao Pessoa. A través de las redes sociales los amigos y conocidos de Patrick Nogueira se preguntan qué ha pasado con él y si también estaba en España. Finalmente, los más allegados confirman que el joven ha regresado al país por miedo a que se trate de un crimen de la mafia y que él pueda estar en peligro.

En cuatro de las bolsas se encontraron el tren superior e inferior de dos cuerpos de adulto

Salvador Ares, Guardia Civil de Guadalajara

Mientras tanto, en España continúa la investigación. El juez de instrucción Fernando de la Fuente explica que en el juzgado número 1 de Guadalajara no era habitual ver crímenes como el que tuvo lugar en Pioz. Tras las primeras impresiones, la magnitud del crimen llevó a pensar a los investigadores que se trataba de un ajuste de cuentas. "No sabíamos si en las bolsas estaban los niños de los que habíamos encontrado los pasaportes, o la mujer o si estaba el varón o si, incluso, podía tratarse de un caso de violencia de género", asegura De la Fuente. El juez explica que era necesario saber "cuál había sido el modus operandi, es decir cómo habían muerto" y así comenzó la apertura de las bolsas.

Imagen de 'No se lo digas a nadie' del chalé de Pioz en el que se encontraron los cuerpos descuartizados de la familia Campos.

Uno de los testigos del momento en el que los forenses descubren el contenido de las bolsas halladas en el chalé de Pioz es Salvador Ares, Guardia Civil de la Comandancia de Guadalajara. Tal y como explica él mismo, su función era apoyar a los forenses en la apertura de las bolsas y también identificar los cadáveres. "Tras numerarlas comenzó la apertura y en cuatro de las bolsas se encontraron el tren superior e inferior de dos cuerpos de adultos", explica Ares. El agente también cuenta que "nada más ver la sección del abdomen piensas que quién lo ha hecho no es la primera vez que lo hace".

Seccionar un cuerpo entero técnicamente es complejo y para hacer eso hay que valer

Óscar Ortigado, médico forense en 2016

El médico forense del caso Óscar Ortigado explica que "seccionar un cuerpo entero técnicamente es complejo y para hacer eso hay que valer". "Vimos mucha violencia en el cuello, con heridas lineales largas por un objeto cortante", explica. Y añade que "la mujer tenía menos cortes, pero lesiones más profundas". El hecho de que las heridas estén en el cuello es significativo porque Ortigado cuenta que "si vas al cuello es porque quieres garantizar una muerte".

"Aparece la niña con un cuerpo muy parecido al de mi hija, en posición fetal en una postura como de protección y al extraerla fuera vemos todo el cuello degollado", describe el forense. En la última bolsa es en la que estaba David "un niño muy pequeñito, de un añito", continúa relatando el forense. "Al ver las heridas que tenían, los cuatro además, la causa era evidente una pérdida de sangre masiva por un corte de un gran vaso". Ortigado confirma que la teoría inicial era que "habían sido sicarios y que, después del tiempo que llevaban los cuerpos en putrefacción que calculando sería de un mes, pues se habrían ido de España y que iba a ser un caso difícil de solucionar".

La Guardia Civil solicitó a los forenses que conservaran las bolsas, cortando hasta un palmo por debajo de las cuerdas para tratar de encontrar huellas que permitieran esclarecer la autoría de los crímenes.