Laura San Martín se convirtió en cuestión de tres meses en un personaje público de las rees sociales después de que varios vídeos suyos se le viralizaran: "El vídeo que más visualizaciones llegó a tener alcanzó los 7 millones (de visualizaciones) o por ahí". Lo que provocó un aumento también de sus seguidores, que en ese periodo de tiempo ascendieron hasta los 400.000. "Fue de un día para otro", recuerda ella.

Esto hizo que empezara a tener conciencia de "personaje público", algo que alimentaban sus seguidores: "Cuando hacía directos en Tik Tok o Instagram se unía mucha gente". De hecho, esto hizo que su vida cambiara y cuando la veían por su barrio de toda la vida llamaran su atención: "Me decían 'pero bueno, chiquilla, te han crecido los números que flipas'", recuerda.

"Pero tener éxito en las redes y tantos seguidores y tanta gente pendiente de mí influyó mucho en los problemas que he tenido después con las redes", reconoce. El éxito la hizo estar cada vez más pendiente de su teléfono móvil y subir contenido con mayor frecuencia para alimentar las necesidades de su comunidad. El objetivo: conservar a sus nuevos seguidores. "Tenía mucha gente a mi alrededor", recuerda.

Eso hizo que Laura perdiera su rutina por quedarse con el móvil: "Yo estaba enganchada, pero ellos también saben cómo engancharte". De hecho, su enganche fue tan fuerte que acabó ingresando en la escuela terapéutica Can Ros Amalgama de Tarragona.