El veterinario Víctor Algra vuelve a Zapeando para hablar sobre cómo las modas estéticas también afectan al ámbito animal. Cuando alguna raza se pone de moda, la cría indiscriminada puede provocar que ciertas características dañinas para el animal se perpetúen.

Por ejemplo, es algo que sucede en el caso de la raza de gato Scottish Fold, una raza relativamente reciente que se ha puesto de moda por tener las orejas caídas. Como cuenta Víctor, esta característica, que los hace adorables, "tiene su origen en una mutación espontánea que apareció en Escocia en 1961". "Esto gustó mucho y decidieron incentivar esta raza, que saltó hasta Estados Unidos donde comenzaron un programa de cría hasta dar con ese aspecto que conocemos actualmente", añade el veterinario.

El problema que causan estas orejas caídas es que, como argumenta Víctor, "esa mutación que afecta al cartílago de las orejas también afecta al desarrollo de los cartílagos de los huesos y genera un desarrollo defectuoso y problemas muy graves para el futuro". Los gatos de esta raza desarrollan una artritis grave y dolorosa. La evolución es variable y por ello se pueden ver desde ligeras cojeras hasta posturas raras o incluso se dejan de mover.

Como expone Víctor Algra, "muchos criadores insisten en mantener esa mutación genética para satisfacer la demanda del público". Y añade: "Se debería ver, con esta evidencia científica, que no es ético seguir criándolos porque estamos criando animales con un dolor crónico simplemente porque nos parece bonito verlos con las orejas caídas".