Estamos acostumbrados a confiar en el GPS casi con fe ciega para que nos lleve hasta nuestro destino pero, en ocasiones, hasta el GPS se hace un lío y nos puede dirigir directamente hasta un lugar del cual es difícil salir.

De hecho, no debe ser tan extraño que el GPS falle y, para evitar problemas, en mucha rutas ponen carteles avisando de ello. Buen ejemplo de ello es el cartel que muestra Quique Peinado situado en un camino de Alemania que avisa que el GPS falla y que ese camino "no lleva a Königstuhl".

Pero, en otros casos, no hay carteles que anuncien los errores del navegador y podemos terminar en medio de una zona en la que tendremos complicado salir. Es el caso, por ejemplo, de un coche que ha terminado atascado en unas escaleras del centro histórico de Pontevedra, un camión que quedó atrapado en medio de Etuláin, en Navarra, o una familia que se perdió en un desierto australiano durante más de 48 horas por culpa de su GPS.