Las imágenes que han grabado un grupo de jóvenes en un gimnasio son surrealistas. En ellas se ve como uno de los amigos está ejercitando sus brazos en una de las máquinas.

Nada más hacer el primer movimiento, al estirar el brazo empujando las pesas, el codo se le da completamente la vuelta. Lo sorprendente del vídeo no es el hecho de que se lo haya dislocado, sino que no muestra ningún signo de dolor y como si nada se lo recoloca él mismo. Cristina Pedroche cree que estas imágenes tienen una explicación: el chico es hiperlaxo, es algo que le pasa habitualmente y por eso ha grabado el vídeo aposta y sin asustarse.

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Durante un partido de tenis en Las Palmas, el árbitro se levantó para comprobar la marca de una pelota y el viento se llevó por delante su silla, llevándose la recogepelotas un tremendo susto y libándose de ser aplastada.