¿Alguna vez os habéis preguntado qué ocurre con las maletas al ser facturadas en el aeropuerto? Pues esa es la duda que tenía también un niño de nueve años que aprovechó un despiste de sus padres en el aeropuerto para colarse en la cinta transportadora. Allí comenzó un viaje que prácticamente ningún otro humano tiene la posibilidad de hacer.

Lo cierto es que no todas las partes del recorrido fueron divertidas para el niño, ya que la máquina de rayos le dio un poco de miedo y ahí fue cuando decidió abandonar la experiencia. Los operarios le pillaron entonces cuando, arrepentido, trataba de salir de la cinta aislante.