La pasión de los japoneses por los robots supera todos los límites. Solo hay que ver que se relacionan con robots y humanoides prácticamente como si fueran seres vivos, y prueba de ello son los perros robóticos, a los que les acarician, les visten e incluso organizan fiestas de cumpleaños.

Concretamente este modelo es el de Aibo, diseñado para imitar el comportamiento de un animal de compañía de carne y hueso. Tiene una cámara en el morro para reconocer a sus dueños y la versión mas moderna inteligencia artificial conectada a internet para que vaya aprendiendo y tenga una personalidad propia. Además, como si de mascotas reales se tratasen, les organizan un funeral cuando pasan a mejor vida.

El perturbador robot que intenta imitar las emociones humanas

En este vídeo puedes ver la reacción de los zapeadores ante una cabeza robótica que trata de emular los gestos humanos... con un espeluznante resultado: "Este pobre autómata no lo está pasando bien".