Las cabinas de teléfono comenzaron a instalarse hace más de 90 años. Cada vez su uso es menos habitual, e incluso en algunas ciudades ya no queda ni rastro de ellas. Por eso, Zapeando ha querido saber si los jóvenes aún sabrían utilizarlas.

El primer problema llega al recordar el número de teléfono de algún familiar o amigo, por lo que muchos tienen que llamarse a sí mismos: "¿Hay que meter pasta?", pregunta una de las jóvenes.

Tras introducir el dinero, algunos empiezan a fervorizar. "Esto es una mierda". "No se ni cómo se usa", aquejan dos jóvenes. ¿Acabarán consiguiendo llamar a alguien?