Si no se dispone de fondos para desarrollar un proyecto, siempre se puede pedir colaboración por Internet. Así surgió la 'Ostrich pillow', una almohada en la que se puede meter la cabeza para dormir en cualquier sitio. Pedían 70 mil dólares para poder desarrollar la idea pero consiguieron mucho más, 195 mil. Ahora puede adquirirse en plataformas de venta por alrededor de 100 euros.

Quique Peinado advierte que el crowdfunding también se usa para pedir dinero para cualquier cosa. Un ejemplo es el de Zack Brown, un joven que pidió 10 dólares para hacer una ensalada de patata y, un mes después, había recibido 55 mil. "En la vida ser imbécil a veces renta", apunta el zapeador. Así que decidió montar la fiesta de la patata con concierto, animación y juegos.

Otro éxito de esta forma de micromecenazgo fue la de una pareja que decidió copiar una idea de la serie 'Glee', un sándwich de queso con la cara de Jesús. Para ello, pidieron 25 mil dólares y los recaudaron.