Los descuentos en los restaurantes suelen verse en formato digital o mediante cupones, pero un restaurantechino apuesta por un sistema más original. Los clientes pueden ahorrarse desde un 5% hasta un 100% de la cuenta total y todo depende de ellos.

Su idea se basa en una especie de estructura de barrotes separados por longitudes distintas que se van achicando a medida que aumenta el descuento. Unos huecos por los que los comensales deben intentar colarse para conseguir la rebaja.

Aunque a Quique Peinado le surge una duda cuya respuesta podría ser determinante: "¿Hay que pasar por ahí antes o después de comer?". Puedes ver cómo funciona en el vídeo principal de la noticia.