Uno de los síntomas más habituales del COVID fue perder el gusto y el olfato. Muchas personas vieron que, mientras sufrían esta enfermedad, eran incapaces de oler o saborear nada y que este síntoma se prolongó durante meses. Además, en algunos casos, se sumó un nuevo problema: la parosmia, una afección que hace que olores o sabores que son normales se conviertan en desagradables. Boticaria García visita Zapeando para hablar sobre una solución a este problema.

"Muchas personas pueden llegar a desarrollar aversión por alimentos y bebidas que antes les gustaban", explica Boticaria. Esto no solo lo provoca la COVID, muchas personas que han tenido, entre otros, un accidente o un traumatismo cerebral, un ictus, algunos tumores también han sufrido esta afección.

Como explica la farmacéutica, la inyección, descubierta por un laboratorio de EEUU, tiene efectos en tan solo diez minutos. "Se bloquean los ganglios estrellados, que son unos nervios que están a los dos lados del cuello y mandan señales por el cuerpo", explica. "Se ha hecho un estudio y, a los tres meses se ha visto una mejora media de los síntomas en casi del 50% de los pacientes", añade