Se llama Callum Grubb, tiene 19 años y acaba de comprarse su primer coche. El joven escocés cuenta a la BBC que le fascina la historia de los años 30 y 40 y por eso ha decidido adquirir un Austin 10 Cambridge de 1938.

"Tenía que ser un clásico", admite, y explica a los reporteros algunas curiosidades del vehículo como sus originales intermitentes o la forma en la que se abre la luna delantera. "Es una maravilla para un caluroso día de verano", asegura.

Este cuenta que muchos de estos coches suelen estar en museos, donde permanecerán parados, pero "no se fabricaron para eso", reivindica, sino para "ser utilizados y disfrutados".