Una de las películas más míticas de finales de los 80 es 'Dirty Dancing', protagonizada por Jennifer Grey y Patrick Swayze. Los protagonistas dieron vida a la historia de amor entre Baby y Johnny pero, a pesar de la química que tenían sus personajes, como cuenta Alberto Rey, periodista experto en cine, la realidad era muy diferente.

"Ellos se llevaban muy mal", explica Rey. "Habían coincidido en otra película anterior, 'Amanecer rojo', y Grey había pedido a los productores que no contrataran a Swayze", añade. Como explica, el rodaje fue un infierno y tampoco ayudó que el actor fuera un gran bailarín mientras que la actriz "era un pato".

A pesar de que Jennifer Grey siempre fue muy educada con respecto a su relación con el actor, Patrick Swayze siempre habló mal de ella. "Dijo que ella era extremadamente irritante, que se negaba a ensayar, que tenía un humor muy cambiante o que pedía dobles para rodar cualquier escena", explica el periodista.