Algunas películas han pasado a la historia más por los conflictos generados durante sus rodajes que por el propio film en sí. Un ejemplo de ello, como expone Alberto Rey, es la alemana 'Fitzcarraldo', en el que la mala relación entre su director, Werner Herzog, y su protagonista, Klaus Kinski, destaca por encima de la calidad del film.

"Este probablemente sea el rodaje más demencial de la historia del cine, tanto que tiene su propio documental", afirma el periodista. "Ya solo la historia de 'Fitzcarraldo' es una historia increíble pero que promete una película delirante", argumenta, a lo que añade: "Es sobre un tipo que en pleno siglo XIX quiere montar un teatro de la ópera en medio de la selva amazónica".

El rodaje, como expone Alberto, fue un infierno: "Los indígenas estaban en contra de la película y destrozaron el campamento del equipo, hubo una plaga de termitas, hubo diarreas...", entre otras cosas. El director y el actor ya habían trabajado juntos anteriormente, 'Aguirre, la cólera de Dios', en la que, como explica Rey, "ya habían acabado amenazándose de muerte y apuntándose con armas".

Klaus Kinski generó conflictos durante toda la filmación ya que, como afirma el periodista, "se dedicó a amargar a todos": "Fue definido como un déspota, un narcisista y como un loco peligroso". El resultado final fue una película única, "sobre todo cuando sabes la que se ha montado para llevar a cabo", concluye Alberto.