Muchos son los apasionados por los calamares en su tinta. La protagonista de este vídeo pide que se los sirvan en un restaurante, pero los que acaban en su tinta no son los calamares sino esta clienta y la camarera.

"Está muy bien servir la comida poco hecha, pero a ese calamar como le dejen acaba comiéndose las patatas", advierte Cristina Pedroche, que cuenta que la joven toma la decisión de limpiarse la cara, aunque consigue el resultado contrario al que buscaba.

"Encima los camareros muertos de risa", observa Iñaki Urrutia, que comenta que son ellos los que "deberían dejarle propina a la clienta". Puedes ver este momento en el vídeo principal de la noticia.