Boletus, níscalos... las setas son el tesoro nutricional de nuestros bosques y de nuestra gastronomía, pero cada temporada aparecen furtivos y comerciantes que trafican con este producto de manera ilegal. ¿Cómo se realiza correctamente su recolección? ¿Cómo se controla la trazabilidad de las setas? ¿Se puede luchar contra las mafias? Te lo vas a comer lo analiza.

Durante unas pocas semanas del otoño los bosques españoles esconden un auténtico tesoro gastronómico. Como ocurre con todos los productos de valor, en torno a ellos también crecen las mafias. Para luchar contra ellas, la normativa en torno a su recolección se ha ido endureciendo desde hace unos años hasta ahora.

En cada comunidad autónoma tienen su propia regulación.Alberto Chicote conoce de primera mano el trabajo de los agentes medioambientales de Castilla-La Mancha que trabajan en el norte de la provincia de Guadalajara. Allí hay zonas donde solo es posible la recolección de setas para uso recreativo, es decir, única y exclusivamente para consumo propio.

"Tenemos miles de hectáreas de pinar propiedad de la Junta de Castilla-La Mancha y la normativa está encaminada a fomentar a una recolección sostenible, la cantidad máxima es de cinco kilos por persona", explica David, agente medioambiental.

"Con cinco kilos por persona da para montar una fiesta para la familia el domingo en casa", responde Chicote.

Desde hace unos 12 años se decidió endurecer la regulación para evitar abusos en el monte por parte de las mafias. De hecho, la magnitud es tal que hay quienes vienen de fuera de España. "Les tiene que salir muy a cuenta y ganar lo suficiente como para hacerse el trayecto", apunta Chicote.

Para recoger setas de forma legal es preciso obtener un vale en los Ayuntamientos en el que autoriza a hacerlo durante un día.