Las cámaras ocultas están destapando varias situaciones preocupantes en este entrega de ¿Te lo vas a comer? dedicada a las alergias alimentarias. En esta ocasión, una redactora del programa ha acudido a una farmacia a hacerse un test de intolerancias y su resultado está muy lejos de la realidad: el examen detecta diversas intolerancias graves cuando ella, en realidad, no presenta ninguna.

Es por este motivo que Alberto Chicote se desplaza hasta Sevilla para entrevistar a Luis Morán, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas y Nutricionistas de Andalucía. Pero antes de abordar este asunto, pone sobre la mesa una reflexión personal. "No quisiera banalizar el tema, pero da la sensación de que está de moda tener intolerancia a algo".

El nutricionista explica que, de manera frecuente, se achacan ciertos malestares estomacales y digestivos con intolerancias, cuando no tiene por qué ser así. "Esa sintomatología, simplemente reeducando la alimentación y comiendo de una forma saludable, remite", asegura y avisa. "Para diagnosticar determinadas intolerancias hay que utilizar métodos de diagnóstico que son válidos para esa intolerancia en concreto". Con lo que no es recomendable someterse a estos test de intolerancias que suelen hacerse en farmacia ni mucho menos permitir que sus resultados repercutan en la alimentación.

Al hilo de esta conversación, Alberto Chicote muestra las imágenes grabadas en la farmacia en cuestión. Morán advierte de la inconveniencia de retirar alimentos de la dieta sin tener un diagnóstico fiable y pone como ejemplo los que contienen lactosa. Al no tomarlos, desentrenamos a nuestro cuerpo para producir lactasa, la enzima que rompe la lactosa. La conclusión es simple: "nos estamos generando nosotros mismos la intolerancia".

"Por eso, este tipo de test no son válidos, porque pueden conllevar serios problemas de salud a medio y largo plazo", vuelve a repetir. "Pero, si estos test no sirven, ¿por qué están disponibles en las farmacias?", pregunta el chef. "Es grave lo que está ocurriendo en ese sentido, porque son establecimientos sanitarios que deben velar por la calidad asistencial a los pacientes. Es un sistema más de negocio que tienen asociadas a las farmacias y que genera ventas. Ahí, el engaño es como doble. Es muy complicado hacerle entender a un paciente que le han engañado", lamenta.