Carmen, agricultora dedicada al cultivo de fresas en Huelva, pone el foco en la precariedad de su sector, que apenas saca para el día a día y apunta directamente a los supermercados.

"Me gustaría denunciar los costes que estamos teniendo, no cubrimos los gastos con el precio que nos pagan en la fruta. Los supermercados son los que se llevan todo", asegura tajante.

Precisamente, un equipo de Sábado Clave ha podido comprobar esta semana que un kilo de fresas cuesta en el supermercado 6,75 euros, mientras que fuera de España, en países como Alemania, el mismo producto está mucho más barato.

Jose, cordobés en Berlín, graba como un kilo de fresas de Palos de la Frontera cuesta 3,54 euros. Por su parte, Miranda, en Frankfurt, las ha comprado a 4,99 euros.

Varios freseros explican que la diferencia de precio se debe a que Alemania compra mucho producto y tiene capacidad de presión. Además, indican que suelen acordar las adquisiciones con mucha antelación. De esta manera, en España quedan menos fresas y su precio aquí sube.

"El 80% de las fresas que se cogen en Huelva van a distintos países de la Unión Europea. Alemania se lleva el 31%, eso quiere decir que es un mercado preferente que negocia con mucho tiempo de antelación, e incluso cuando la campaña no ha terminado ya está negociando para el año siguiente. Todo eso es cóctel perfecto para que los alemanes tengan las mejores fresas y las tengan antes que nadie", explica Fermín Cabanillas a EFE y eldiario.es.