Elena Valenciano puso el pie por primera vez en Ferraz para trabajar en su centralita telefónica a comienzos de los 80. Fue ella quien contestó las llamadas durante la jornada del 23F y treinta años más tarde sería vicesecretaria general.

Tras su paso por el Parlamento Europeo, Alfredo Pérez Rubalcaba la convertía en 2012 en su mano derecha. Un puesto desde el que ha conocido el amargo sabor de la derrota y el progresivo hundimiento electoral de su partido, situado con un mínimo histórico en lo peor de las encuestas

En una carrera de obstáculos Elena Valenciano ha hecho frente a algunos de los peores momentos de la historia del Partido Socialista. Sobre la mesa: la polémica de Ponferrada. Y escándalos de corrupción como los ERE o el caso Campeón.

Fiel a Rubalcaba, se enfrenta a las voces que piden un cambio de líder. Y el clima de tensión aumenta también entre las nuevas generaciones, por algo las malas lenguas dicen que no casa con Beatriz Talegón.