El volcán ha entrado en una fase explosiva. Se trata de un modo que genera una erupción menos predecible, aunque acumula la lava a modo de cono. La fase efusiva, menos agresiva, podría provocar que la lava desemboque en el Océano Atlántico.
A pesar de que este pronóstico podría haberse cumplido hace días, la ralentización del ritmo de la lava por su acumulación en forma de cono ha provocado que la lava aún no haya rozado el mar. Pero, ¿qué podría pasar en ese caso? Según Luis Somoza, investigador del CSIC, el choque de la lava con el mar provocaría una explosión, "bombas flotantes": "Produciría una columna de vapor espectacular, además de una enorme nube de agua con piroclastos".