Ni un perdón, ni un lo siento, sólo un "falté al decoro parlamentario". Eso dijo el presidente de Sortu, el partido de la izquierda abertzale, para justificar sus insultos al llamar “fascista” a Borja Sémper en la cámara vasca.
Lo más suave que me han llamado desde la izquierda abertzale es "fascista"