Iñigo Errejón quiere dejar clara su posición. Es cofundador de Podemos y miembro de la dirección del partido. Aun así dice que no se va "a agarrar ni un minuto a un escaño si un compañero de la dirección" lo pide.

En plena crisis con Podemos, tras su alianza con Manuela Carmena y su plataforma Más Madrid, achaca que, asumió cosas, dice, "muy duras" por el partido. "He asumido dejar funciones que creo humildemente que hacía bastante bien porque había defendido mis ideas y esas no salieron elegidas y las asumí todas. Y las asumí todas en silencio".

Asegura que ya explicó sus intenciones hace un año: "He sido extremadamente coherente en la manera de contarlo y de decirlo desde hace un año. Vengo un año defendiendo que hay que moverse".

Lejos quedan para él los ideales de la fundación de Podemos: "Cuando fundamos Podemos, nacimos diciendo exactamente lo mismo. No importa qué carnet tengas en el bolsillo, lo importante es juntar a la gente decente entre ideas de sentido común".

Afirma que esos ideales "se han disipado" y que la formación necesita un cambio: "El conformismo y las lealtades en los partidos no estaban ayudando demasiado a levantar un proyecto ganador".

Para Errejón, la pelota está en el tejado de la dirección de Podemos: "Confío en que la dirección de Podemos recapacite y cambie de opinión". Y si no "tendrán que elegir los madrileños".

Recuerda que 20.000 militantes le eligieron para dirigir el proyecto de la Comunidad de Madrid. Según él, con un objetivo: "Cuando digo que quiero Carmenizar la Comunidad de Madrid no estoy siendo sutil".

Y manda un mensaje a Pablo Iglesias: "Yo no soy Manuela ni pretendo serlo". Espera que otras formaciones como Izquierda Unida, Equo e incluso Podemos, se unan a su proyecto.